El Ágora es el único de los edificios del complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias que no está finalizado. Acabarlo supondría un coste que no está al alcance de la actual Generalitat por su elevado coste, según explicaron fuentes de la Conselleria de Hacienda. Por ello, las obras de instalación de las lamas de acero para rematar la cubierta, abandonadas en un solar público, no se realizarán en breve y será difícil que en un futuro se pueda hacer.

Esta imposibilidad económica para acabar las obras del Ágora no impidió que el Consell de Alberto Fabra lo pusiera en marcha, entre otras cosas para un master de tenis, conciertos y hasta un mitin del PP. Y eso que, según reveló este periódico el pasado sábado, los usos del edificio no están definidos, uno de los motivos por los que la concesionaria que lo debe gestionar, Avanqua (perteneciente al grupo Aguas de Valencia), ha paralizado su entrada en el complejo hasta que se aclare para qué lo va a poder utilizar.

Los informes de los arquitectos revelan ahora que los numerosos desperfectos podrían complicar más la situación de esta infraestructura, que le ha costado a los valencianos más de 90 millones.

Además, desde la Conselleria de Hacienda tampoco quieren entrar con contundencia a solventar los desperfectos por un posible conflicto con el arquitecto de la obra Santiago Calatrava. Temen una denuncia, por ejemplo, por si realizaran una acción como tapar los agujeros donde hay goteras y eso afectara al proyecto inicial. No es la primera demanda que gana un arquitecto por desvirtuar su propiedad intelectual al modificar la estructura inicial.

Cualquier inversión económica en el edificio no sería del agrado del Consell, que ha marcado otras prioridades en su acción de gobierno.