Los habitantes de Cortes de Pallás seguirán incomunicados hasta finales de noviembre viviendo en un «mundo aparte» que ha dejado de ser un eslogan turístico para convertirse en una molesta y onerosa realidad.

Las obras que se están realizando en la ladera que se desplomó el pasado abril a su paso por la CV-428 van a buen ritmo, aunque no están resultando sencillas.

En la zona se están llevando a cabo actuaciones de sujeción de la ladera, desescombro, saneo y sostenimiento de los bloques inestables. Asimismo, también se están preparando las plataformas que sostendrán las nuevas infraestructuras, mediante muros de contención.

Fernando Navarro, alcalde de Cortes de Pallás, quiso destacar la «paciencia» que está teniendo el pueblo, que ya lleva cinco meses de «semiincomunicación», afirmó. También explicó las pérdidas económicas que ha generado el hecho de que la carretera esté cortada. «El pequeño comercio que tenemos en Cortes está bajo mínimos», contó Navarro.

Cuando la carretera estaba abierta, los fines de semana llegaban al pueblo grupos de hasta 60 ó 70 moteros y 40 ó 50 ciclistas, de lo que se beneficiaban los comercios locales, como los restaurantes. Esos ingresos, ahora, se han perdido. Además, si durante el mes de agosto la población „que habitualmente es de 300 habitantes„ aumentaba hasta llegar a las 800 o 1.000 personas, «este año no han venido a Cortes más de 400».

Otro problema para el alcalde de Cortes de Pallás es la falta de un acceso «seguro» al pueblo. Por eso, además de exigir la rápida reparación del tramo de la CV-428 también solicita la construcción de otra vía de acceso, ya sea puente o túnel. Fernando Navarro recordó que la ladera que se derrumbó ha dado problemas históricamente. «Cada vez que llueve, caen piedras, de mayor o menor tamaño». Además, hizo hincapié en el hecho de que la localidad se encuentra a tan solo 10 km de una central nuclear, por lo que es necesaria una carretera de evacuación con la que, hoy en día, no cuentan.

Por su parte, Jorge Rodríguez, el presidente de la Diputación tildó de «muy complicada» la situación en la que se encuentran los vecinos, y añadió que la prioridad «es recuperar la normalidad cuanto antes» porque «no se puede depender de un solo acceso». Pero a la hora de dar fechas de finalización de los trabajos ningún político quiso concretar más allá de «a finales de año», aunque acabaron apuntando que debería ser sobre finales de noviembre. En palabras de Rodríguez, las obras «van a un buen ritmo», lo que permitirá que en un plazo de tiempo «razonable».

En cuanto al coste de los trabajos que pagará la diputación (la carretera), Pablo Seguí, diputado de Carreteras, explicó que hasta septiembre no sabrán el coste definitivo, ya que ahora solo se cuenta con estudios previos.

Mientras tanto los vecinos tendrán que seguir cruzando el embalse con barca para subir después una empinada cuesta o atravesar la Muela de Cortes a través de pistas forestales que nacen en Millares o Jarafuel, tardando más de dos horas desde Valencia.