Dos empleadas del personal de cocina del Hospital La Fe de Valencia han sufrido sendas lipotimias en las últimas semanas, en las que han estado trabajando con la refrigeración averiada y con temperaturas que, según fuentes de Intersindical, llegaron hasta los 39 grados y que raramente bajaban de los 30 grados de manera permanente. A la ya «insuficiente» climatización de la cocina del hospital „donde los fogones conviven con los vapores del agua caliente para lavar y desinfectar„ se añadió que un aparato de la refrigeración había dejado de funcionar. En julio, los empleados trasladaron la queja. Tras algunas conversaciones (y ventiladores que sólo movían el aire caliente), Intersindical, la gerencia del hospital y la empresa concesionaria del mantenimiento llegaron a un acuerdo para mejorar la climatización. El pacto contemplaba que la gerencia facilitaría a la empresa dos aparatos de aire acondicionado procedentes de las dependencias cerradas de La Fe de Campanar. Por su parte, la empresa se encargaría de su instalación y puesta en funcionamiento en la cocina del nuevo hospital de La Fe.

El hospital cumplió y desde finales de julio los aparatos de aire acondicionado están disponibles. Pero la empresa ha demorado la instalación de los refrigeradores hasta ahora. Según confirmó el hospital, la empresa adjudicataria de la gestión de las cocinas de La Fe instaló entre el miércoles y el jueves de esta semana los dos equipos de climatización. Ya están funcionando después de semanas en las que el puesto de trabajo ha sido «un horno», en palabras de una de las trabajadoras consultadas por este periódico. Las dos empleadas que sufrieron lipotimias mientras trabajaban tuvieron que ser atendidas en el mismo hospital.

Déficit de mantenimiento

Éste no ha sido el único contratiempo sufrido este verano en las cocinas de La Fe. Según explicaron fuentes de Intersindical, «una plaga de mosquitos se desató por culpa de un mantenimiento deficiente. Por falta de limpieza se acumularon aguas residuales y allí criaron los mosquitos». Las picaduras fueron intensas pero duraron poco, porque el primer día en que se originó y comunicó el problema, la empresa fumigó y erradicó la plaga. «No se está llevando a cabo un mantenimiento óptimo», denuncian fuentes de Intersindical.