El conseller de Hacienda, el socialista Vicent Soler, se mostró el pasado martes muy crítico con el modelo de financiación vigente aprobado durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, ya que, confesó, no había sido capaz de corregir las desigualdades de financiación ni romper con el status quo del reparto de los fondos que consagró el sistema anterior impulsado por el Gobierno de José Maria Aznar y bautizado como modelo Zaplana. No le faltaba razón para la crítica. El modelo Zapatero sólo ha mejorado en seis euros la media de financiación por habitante durante el periodo 2009-2013. A lo largo de esos cinco años, los valencianos recibieron una media de 2.106 euros frente a los 2.100 obtenidos en los años en los que estuvo en vigor el modelo Zaplana, es decir, entre 2002 y 2008.
Así se constata en el informe que analiza la financiación autonómica que el Consell ha remitido al Ministerio de Hacienda para armarse de razones en la reivindicación de un nuevo sistema. El estudio, presentado por el conseller Soler, analiza la aplicación de ambos modelos y, como ya han certificado otros informes, constata el maltrato financiero en los últimos doce años. Este déficit de financiación asciende, según los cálculos de Hacienda, a 12.433 millones de euros, una cifra que no incluye los costes financieros por el endeudamiento obligado para compensar la infrafinanciada. El informe analiza los rendimientos de los dos modelos citados y sus conclusiones dejan en mal lugar a socialistas y populares.
Como es sabido, en ambos periodos la Comunitat Valenciana se quedó en el furgón de cola de las autonomías peor financiadas. Bajo la influencia del modelo de Aznar, los 2.100 euros de media destinados por habitante, dejó a los valencianos a 207 euros de la media, situada en 2.307. Con los cambios introducidos por Zapatero, los 2.106 euros de media recibidos por cada valenciano los dejó a 212 euros de la media estatal. Según esta comparación, los valencianos, pese a ganar seis euros más, se alejaron cinco de la media. El informe concluye que el sistema de 2009 modificó la situación de algunas comunidades, pero no las desigualdades. Los valencianos fueron los que menos ganaron con el cambio en términos de financiación por habitante. Perdieron Andalucía, Canarias, Castilla La Mancha, Extremadura y Murcia. Baleares fue la que más incrementó sus recursos.
La imposibilidad del actual modelo de cumplir los principios de suficiencia y equidad en la financiación de las competencias autonómicas también queda constatado. Los cálculos que comparan el nivel de gasto equitativo de las diferentes comunidades con el nivel efectivo de recursos no financieros que procedentes del modelo en 2013(último año liquidado) son contundentes. Con indicadores de población y población ajustada en 2013 le correspondía un gasto de 15.972 euros, pero el sistema sólo le proporcionó 10.236 millones, lo que le provocó un déficit de 5.737 millones. La insuficiencia se sitúa en el 35%, la tercera más alta. Los recursos financieros totales ese año (incluyendo los que provienen del sistema) sumaron 12.509, por lo que a la Comunitat le faltaron 3.463 para afrontar sus políticas públicas.
