El corredor mediterráneo será una utopía hasta que el último tramo de vía entre la Comunitat Valenciana y la frontera francesa se adapte al ancho europeo y permita trenes de más de 750 metros para el transporte de mercancías y eso está «muy lejos» todavía, según aseguró Manuel Miñes, director gerente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana.

Miñes destacó entre los retrasos «inasumibles» de la obra, que reclaman hasta cuatro comunidades autónomas desde Andalucía hasta Cataluña, el que afecta al tramo Castellbisbal-Martorell- San Vicente de Calders, ya en Cataluña, pero identificado como escenario del principal «tapón» que impide hacer del corredor una realidad.

El director de la Cámara de Contratistas recordó que el subtramo Castellbisbal-Martorell, adjudicado en junio de 2014 a la UTE Ferrovial-Guinovart, no se encuentra en obras pese a que han transcurrido ya más de dos años desde su adjudicación.

Al parecer, las obras para la colocación del tercer carril en este tramo, que incluye un túnel con doble vía, obligarían a establecer severas restricciones al tráfico actual, que en esta zona asciende a más de 200 convoyes diarios entre mercancías y viajeros.

La solución pasa por habilitar un túnel paralelo, con vía única en ancho ibérico, actualmente abandonado, que comunica Castellbisbal y Martorell. La intervención en este túnel, que no ha sido licitada todavía, además de dar una salida provisional a las mercancías, es la única fórmula posible para actuar en la doble vía y el túnel actual sin provocar un colapso de la circulación.

Para evitarlo es necesaria la recuperación de este túnel, la reconstrucción de la plataforma ferroviaria actualmente desmantelada y la construcción de un pequeño ramal de conexión de la línea actual con el trazado de la línea original. El proyecto salió a información pública en junio de 2014, pero la obra sigue sin ser licitada.

Por otra parte, el subtramo Martorell -San Vicente de Calders, adjudicado por las mismas fechas a Acciona y Comsa va «al ralentí» por problemas técnicos y falta de suministros solicitados por la propia ADIF, según explicó Manuel Miñes, que ve falta de voluntad política en el Ministerio de Fomento, incapaz de cumplir los plazos para el corredor que ha ido anunciando en los últimos años.