La entrada de una serie de ayudas para la adquisición de libros de texto no es la primera novedad que conllevará el cambio político en la conselleria de Educación. De cara al arreglo escolar —planificación que ya corresponde abordar al nuevo Consell durante este curso— la distribución de la elección de los colegios como distrito único tiene los días contados, como han subrayado por activa y por pasiva distintos responsables. En concreto, fuentes cercanas al conseller subrayan que el número de hermanos y la proximidad del domicilio al centro serán los nuevos ejes sobre los que pivotará la próxima admisión de alumnos.

Las posibilidades de desarrollar la jornada única, que reclaman grupos de padres de algunos colegios, se van a analizar desde un punto de visto «pedagógico», en palabras del conseller, y a partir de un «debate sereno». No tiene prisas. Y respecto al plan del plurilingüismo, este va a experimentar cambios porque el conseller quiere equiparar el castellano y el valenciano, y sumar al inglés una segunda lengua extranjera: «El valencià es lengua propia del territorio y su enseñanza debe seguir las recomendaciones académicas para un territorio con dos lenguas propias, y está minorizada. La lengua propia es un valor. Hay que huir de los debates que son ataques y centrarse en la evidencia académica para potenciarla», subraya Marzà.