Como dijo Maquiavelo, un Príncipe siempre encuentra una justificación legítima para incumplir sus promesas. La Junta de Portavoces de las Corts, la primera del nuevo curso político post-24M y que sirvió para aprobar el calendario del periodo de sesiones que comprende desde septiembre hasta diciembre, escenificó ayer el cambio de papeles entre los grupos que respaldan al Consell (PSPV, Compromís y Podemos, los dos primeros antes en la oposición) y el destronado PP y Ciudadanos. La portavoz popular, Isabel Bonig, reclamó más plenos y más sesiones de control, y reprochó al tripartito que, una vez en el Gobierno, se «desdiga» de sus promesas de transparencia. «Inaudito», clamó. Por momentos recordaba a la lideresa de Compromís, Mònica Oltra, en su labor de azote del Consell de Fabra. En cambio el tripartito afeó al unísono al PP la «teatralización espectáculo» (en palabras del socialista Manuel Mata), cuando, en su opinión, no había lugar a la exigencia. Justo el mismo reproche del PP a la hasta hace tres meses oposición.

Al final, la «vuelta al cole» „como lo definió el podemita Antonio Montiel„ de los diputados será antes que con el PP y con el doble de plenos ordinarios respecto al mismo periodo de 2011, como subrayó Mata, al tiempo que se desvía hasta mediados de octubre la primera sesión de control al presidente Ximo Puig y al Ejecutivo.

La Cámara retomará el próximo miércoles, día 9, la actividad con un pleno extraordinario para convalidar el decreto ley que garantiza la asistencia sanitaria a unos 30.000 inmigrantes irregulares que llevan al menos tres meses empadronados. De este modo, se arrancará antes que en septiembre de 2011, tras las elecciones de mayo de aquel año, aunque hay truco: la ley da un mes máximo para convalidar los decreto ley. Además de este punto, el tripartito incluyó las reformas del reglamento de las Corts para crear, entre otras cuestiones, las comisiones de RTVV, Igualdad o Transparencia, y se leerá una declaración institucional contra la violencia de género. Y punto. La izquierda rechazó la exigencia del PP y C´s de incluir propuestas sobre el trasvase Tajo-Segura y la soberanía nacional española ante el 27S, respectivamente.

En las dos siguientes semanas, en los plenos del 16-17 y 23-24 de septiembre, tendrán lugar las comparecencias de Oltra y los ocho consellers para explicar sus proyectos. El PP exigió que esas comparecencias se concentraran ya en el pleno del día 9. En 2011, con críticas de la entonces oposición, se hizo la misma jugada: las comparecencias se repartieron en dos semanas en plenos sin sesión de control al Ejecutivo del 14-15 y 21-22 de septiembre de aquel año. La última semana de ese mes será para comisiones, como la primera de octubre, de forma que el primer pleno ordinario con control al presidente Ximo Puig y al Ejecutivo será el 14-15 de octubre [Fabra lo hizo antes en 2011, el 5-6 de octubre]. En total, habrá seis plenos ordinarios con control al jefe del Consell y al Gobierno: Además del citado, los plenos del 21-22 y 28-29 de octubre; 11-12 y 25-26 de noviembre; y 2-3 de diciembre. En 2011 solo hubo tres plenos ordinarios. Al margen, están las sesiones para presupuestos (semana del 16 al 20 de noviembre y del 21 al 23 de diciembre), tras pasar por comisión.

Bonig, que inicialmente reclamaba 9 plenos ordinarios con control, hizo piña con Carolina Punset (C´s) para exigir 7; al final se quedó en 6. «A la primera de cambio, el gobierno se esconde en las comparecencias de los consellers y alarga todo un mes para no someterse a la fiscalización de la oposición», se quejó la popular. Punset recriminó que los grupos que sustentan el gobierno «utilizan el mismo rodillo del que acusaban al PP».

Puig y las «vacaciones» de Fabra

Mata dejó claro que la propuesta de Punset ni siquiera la había tramitado la Mesa y defendió que con las comparecencias de los consellers ya se ejercerá un «gran control al Consell». Es lo que predicaba en el Gobierno el PP. Fran Ferri (Compromís) y Montiel insistieron en ese argumento. Ferri achacó las críticas de la oposición a que son «novatos» y al «teatrito» de los populares. Montiel defendió que el plan es «muy intenso». Los populares desempolvaron después unas declaraciones de Puig de junio de 2014 en las que censuró: «No es tolerable que a partir de esta semana no haya plenos ordinarios ni comparecencias de Fabra hasta prácticamente octubre. No puede ser que los diputados tengan más vacaciones que los niños».