Una delegación de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunidad Valenciana encabezada por su presidente Benjamín Aparicio, trasladó ayer al delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, la urgencia de que el Gobierno central «ponga en marcha y encabece un Pacto Nacional del Agua, que defienda los intereses de todos los regantes», y que tenga continuidad y estabilidad «con independencia del partido que gobierne».
Los regantes afirman que «el agua ha dejado de ser una cuestión de interés general de todos los españoles y se ha convertido en un arma arrojadiza entre comunidades autónomas, con intereses electoralistas y partidarios». Aseguran que esta confrontación ha marcado la negociación de los planes de cuenca de las demarcaciones del Júcar y del Segura, que fueron aprobados el jueves y que «cada vez tienen menos consenso», lamentan.
El delegado del Gobierno se ofreció para ser «la voz» de los regantes ante el Gobierno e informó sobre las medidas adoptadas para paliar la sequía que sufre la Comunitat Valenciana.
Además, Moragues anunció que el Gobierno «aumentará» los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2016 mediante enmiendas valoradas en 27 millones de euros de los que 20 millones irán destinados a obras y modernización de regadíos en el Júcar. Se trata de obras pendientes desde la firma del convenio de Alarcón, hace más de una década, que el gobierno se comprometió a ejecutar en el periodo 2014-2016 y que no figuraban en los PGE para 2016.
