El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, abrió ayer consulta a las nueve en su intento de ejecutar la estrategia anunciada meses antes incluso de ser candidato del PSPV de aglutinar a toda la sociedad valenciana para acabar con el régimen de marginación en la financiación. Desde la primera visita al Palau, la popular Isabel Bonig, hasta el último que se sentó con Puig „el síndic socialista, Manolo Mata„ todos secundaron la posición del presidente para reivindicar un nuevo modelo que acabe con el maltrato.

La presidenta popular calificó como «muy cordial» la entrevista de una hora, y apostó por que PP y PSPV lideren esa reivindicación y se comprometan a no abandonarla con independencia de quien gobierne en Madrid tras las generales. Isabel Bonig aprovechó para subrayar que el 90% de la deuda valenciana se debe a la «infrafinanciación» y «sólo el 10% al despilfarro». «Eso desmonta muchos mitos», asestó la popular, quien indicó que había trasladado ese mensaje al jefe del Consell. Dijo haberle exigido a Puig «respeto» a la gestión de sus predecesores del PP y «que no eche las culpas al pasado».

Tras la demostración táctica del PP de esconder sobrecostes y despilfarros debajo de la alfombra de la discriminación financiera, desfilaron el resto de partidos. Carolina Punset, de Ciudadanos, defendió la revisión del modelo porque «hay un clamor de la sociedad valenciana para lograr una financiación justa e igualitaria». «No nos podemos igualar todos por lo alto», dijo, para abogar por el fin de los «privilegios del País Vasco o Navarra». El síndic de Compromís, Fran Ferri, advirtió de que si el Gobierno sigue «negándose en redondo» a revisar el modelo, habrá que ir por la vía judicial para que dejen de «tratarnos como una colonia». El líder de Podemos, Antonio Montiel, expresó su apoyo a Puig para lograr más financiación que, dijo, deberá ir a «inversión social». Y el socialista Manolo Mata destacó que por primera vez hay un presidente con un liderazgo capaz de aglutinar para reivindicar ante Madrid.