La herencia del Consell de Alberto Fabra al de Ximo Puig y Mònica Oltra será mucho más pesada que los 40.085 millones certificados por el Banco de España en forma de deuda pública. La Cuenta General de la Generalitat en 2014 revela que el montante de compromisos de gasto con cargo a ejercicios posteriores que dejó amarrado el Ejecutivo de Fabra a 31 de diciembre pasado ascendía a la friolera de 44.098 millones, un 5,2 % más que en 2013. Una bola colosal de casi tres presupuesos anuales que incluye, además de la deuda pública, gastos de funcionamiento, inversiones, contratos, conciertos con entidades privadas y una parte de los intereses. Un gasto sobre el que el nuevo Consell del PSPV-Compromís no tiene margen de maniobra.
El lastre, en realidad, es mucho mayor y superará los 50.000 millones, toda vez que el cálculo de la deuda a efectos de la Cuenta General no incluye el total de préstamos, como sí hace el Banco de España, que al cierre de 2014 certificaba 37.376 millones, cinco mil más que la Cuenta General (32.823 millones). El informe que elabora la Intervención sí hace una estimación de los intereses que deberán abonarse aunque, tras el cambio en la forma de calcularlos adoptado hace años con el fin de minimizar las cifras, solo anota 2.215 millones, una suma muy inferior a la real. En 2011, cuando llegó Fabra al Consell, la hipoteca era de 27.370 millones, con lo que se ha incrementado un 61 % en cuatro años. Eso sí, se han aflorado miles de millones en gasto oculto de la etapa Camps.
Entre los compromisos que deja atados Fabra figuran pagos por 507,5 millones entre 2015 y 2018 en conciertos de asistencia sanitaria. Solo este año, el nuevo Ejecutivo deberá desembolsar 195,2 millones a las gestoras privadas y otros 138,9 en 2016. También hay amarrados compromisos para asumir la deuda de Feria Valencia que se elevan al menos a 310 millones, de los que 213,2 millones son para asumir el principal de los préstamos y 96,5 millones, corresponden al plan de modernización. Asimismo, figuran obligaciones por 4.983.742 euros entre 2015 y 2017 para la rehabilitación de la plaza de toros de Villena.
La Cuenta General desvela que Fabra recortó en su último año completo 1.194 empleados del total de trabajadores de la Generalitat, al pasar de los 142.400 perceptores de 2013 a los 141.206 de 2014. Las nóminas de estos empleados costaron 4.132,8 millones. En Sanidad se mantuvo la plantilla, con un leve aumento de 80 efectivos, hasta sumar 64.385 y un gasto de 1.860,3 millones. El Gobierno de Fabra empleó a 104 altos cargos (frente a los 111 de 2013) que supusieron un gasto de 5.423.922 euros y un total de 104 eventuales (93 en 2013), con un desembolso de 3.665.256 euros. En total, 208 altos cargos y asesores, cuatro más que en 2013, aunque el gasto bajó de 9,24 a 9,09 millones.
Educación, la que menos ejecutó
El informe detalla el grado de ejecución por conselleries. Así, Educación, Cultura y Deportes fue la que menos realizó sus inversiones, al gastar únicamente el 28 % del presupuestos definitivo de obras. Le siguió Economía, Industria, Comercio y Turismo, con el 37 %; seguida de Bienestar Social, 39 %; Presidencia, 62,1 %; Infraestructuras, 65,6 %; Hacienda, 78,7 %; Gobernación, 80,2 %; y Sanidad, 86,4 %.