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Al pie del cañón. Así pasó Julián García el día después de haber ganado el 55 Concurs Internacional de Paella Valenciana de Sueca. Tras haber recibido el domingo el reconocimiento a «la mejor paella del mundo», el jefe de cocina del Restaurante La Albufera de Madrid se las vio y se las deseó para simultanear sus obligaciones y atender a los numerosos medios de comunicación que deseaban entrevistarle. «Esta mañana, en el trayecto de Cuenca a Madrid para ir a trabajar, si no he atendido a quince emisoras no he atendido a ninguna», comentaba. «He llegado y ya me estaba esperando la televisión autonómica de Castilla-la Mancha, he hecho una paella para ellos y luego otra para la televisión de Madrid».

Este experimentado cocinero, de 58 años de edad y natural de Santa María del Campo Rus (Cuenca), se dedica desde hace casi 40 años a la especialidad culinaria de los arroces. En 2013 ya demostró su manejo en la elaboración del plato valenciano por excelencia al obtener el preciado galardón en Sueca. En aquella ocasión, representaba a La Posada de Santa María, un establecimiento que regenta junto a su hija en la localidad conquense. Este año repitió el triunfo con La Albufera de La Moraleja, ubicado en esta exclusiva urbanización de Alcobendas donde residen conocidos futbolistas y artistas, y donde trabaja desde hace más de veinte años. El establecimiento está dedicado a la cocina mediterránea y ofrecen una variedad de 17 clases de arroces.

Julián García suele servir en el restaurante madrileño 120 o 130 raciones de paella valenciana al día. «Los fines de semana, como vienen familias aumenta la demanda, y podemos llegar a las 200 o 300 cada día», dice. El establecimiento cuenta con un perfil de cliente de clase media-alta, y el precio de la ración está alrededor de 19 euros.

De momento, confiesa que todavía no ha notado el triunfo en el concurso gastronómico en cuanto a incremento de público. «Hoy ha venido la clientela habitual, porque entre semana los clientes que tenemos son personal de empresa, y el fin de semana es cuando se diversifica más el tipo de cliente, y sobre todo vienen en familia», explicó. Aunque, eso sí, el lunes la paella valenciana fue el plato más demandado de la carta. «Algunos se han interesado por el premio y han elegido paella valenciana en lugar de otro arroz con marisco u otro tipo de paella», dijo el cocinero.

El diploma ya luce en el restaurante. «Le hemos buscado un lugar especial donde exhibirlo con orgullo porque aquí viene mucha gente interesada en comer paella valenciana y ahora ya tenemos un reconocimiento que avala que ofrecemos un plato de calidad», subraya.