La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, ha proclamado en varias ocasiones que se siente orgullosa de ser de derechas y apuesta por que el partido defienda sin complejos sus principios y que dé la batalla ideológica frente a la izquierda. De hecho, los populares están embarcados en una campaña, bautizada en las redes sociales como «#PPara la libertad», con la que tratan de asimilar a la izquierda con las políticas de control y adoctrinamiento y situar al PP en la esfera del neoliberalismo, es decir, frente al clásico del Estado intervencionista y protector, la «eficiencia» del sector privado.
Ahora bien, los populares son conscientes de que el discurso de lo social debe estar presente en su argumentario hasta el punto de que la propia Bonig reprocha a la izquierda que quiera monopolizar unas políticas de Bienestar Social que el PPCV se arroga fruto de sus veinte años en la Generalitat.
Sin embargo, el giro social del nuevo Consell ha obligado a los populares a resituarse ante determinados asuntos y a hacer visible un rostro de izquierdas que, en ocasiones, supone una enmienda a la totalidad a decisiones llevadas a cabo en el pasado.
La necesidad que tiene el PP de no ponerse en contra de determinadas iniciativas a favor de los colectivos más vulnerables se evidenció en el primer pleno de las Corts en el que se debatió reponer la cobertura sanitaria a los sin papeles. Aunque es cierto que en este asunto el propio Gobierno central parece estar rectificando, la intervención de la portavoz adjunta del grupo popular, Maria José Català, podría haberla asumido cualquier diputado o diputada sentado en la bancada de la izquierda. La exconsellera de Educación llegó incluso a reprochar al Ejecutivo de Puig que pusiera condiciones al acceso de los inmigrantes al sistema sanitario valenciano. Català acusó al Consell de ser «parcialmente solidarios» al exigir un mínimo de tres meses de empadronamiento. Finalmente los populares se abstuvieron.
Toque a «sus» diputaciones
El PPCV también ha tenido que resituarse ante el anuncio del Consell de Puig sobre la gratuidad de los libros de texto. Bonig obligó a los presidentes de las diputaciones de Alicante y Castelló, César Sánchez y Javier Moliner, respectivamente, que en un principio pusieron pegas a la medida. Tras afirmar que apoyaría la medida, el PPCV anunció el miércoles la presentación de mociones en todos los ayuntamientos para instar al Consell «a que se reúna, dialogue y acuerde con los consistorios y diputaciones todo lo necesario en relación a la subvención de los libros de texto de los alumnos de Primaria y Secundaria».
El PPCV también ha querido ser solidario con la inmigración después de que el Consell tendiera la mano a los refugiados sirios. Promoverán mociones entre los ayuntamientos para «instar a todas las administraciones a impulsar una verdadera política europea común e integral de inmigración y asilo que cuente con recursos suficientes. Cabe recordar que el Consell popular redujo drásticamente la ayuda al Tercer Mundo.
