La confección de las listas al Congreso de los Diputados vaticina tensiones internas en todos los partidos, una batalla que ya está abierta y que, según los casos, puede tardar en cerrarse. A excepción de Ciudadanos que ya resolvió el problema al adelantar las primarias a antes del verano, el resto tiene un auténtico sudoku encima de la mesa ya que son pocos los puestos y muchos los aspirantes.
Al menos en esta tesitura están tanto los socialitas como los populares. Los partidos tradicionales elegiran «a dedo» a los hombres y mujeres que irán al Congreso de los Diputados, si bien el margen de maniobra de Puig y Bonig será distinto. El socialista, salvo alguna excepción, tiene vía libre para diseñar una lista en la que, eso sí, los primeros puestos están reservados para independientes o para caras nuevas, según los deseos de Pedro Sánchez. Cumplida esta premisa, Puig huye de una crisis en el Gobierno a los cuatro meses de iniciarse la legislatura, por lo que evitará que las conselleras Gabriela Bravo o Carmen Montón sean candidatas. Otra cosa será que Sánchez, si llega a la Moncloa, cuente con alguna de ellas como ministra. El líder socialista apuesta por la renovación (la lista no la hizo él) aunque buscará el equilibrio para no soliviantar internamente a la familia socialista. El asunto está encima de la mesa y Puig ha iniciado ya sus primeras contactos. El PPCV, por su parte, está más condicionado. Rajoy quiere a ministros encabezando listas, lo que situa al titular de Exteriores, José Manuel García Margallo, en la Alicante o en la de Valencia. El nervisismo en el PPCV es un hecho, igual que los movimientos internos. El delegado de Gobierno, Juan Carlos Moraguesy la secretaria de Estado, Susana Camarero se postulan. Bonig, por su parte, medita enviar a la exconsellera Maria José Català a Madrid para allanarse el camino al congreso regional. Rajoy, fiel a su estilo, esperará al último momento para cerrar las listas.
El futuro pacto Compromís-Podemos complica bastante la elección de candidatos. Los podemitas ya hicieron primarias, pero la coalición que lidera Oltra aún no. Y ahora en el reparto de puestos no hay dos, sino tres protagonistas. La competición interna no será tranquila.
