Laia Marqués, natural de Paiporta, ha quedado con sus amigos para seguir el resultado de las elecciones catalanas del próximo 27 de septiembre. Vive desde hace 13 años en Barcelona, donde llegó para estudiar y acabó quedándose. «Es la primera vez que veremos un escrutinio en grupo», afirma esta valenciana. «Y no somos los únicos», añade.

Laia es una de los 61.605 personas nacidas en la Comunitat Valenciana que viven en Cataluña, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Asegura que los días previos a la cita con las urnas se viven con «expectación» y que las elecciones son el tema recurrente en la mayoría de conversaciones de estos días. Esta trabajadora de una agencia de publicidad afirma que la gente sigue las noticias más de lo habitual.

Según Josep Àngel Guimerà, profesor de Comunicación Política en la Universitat Autònoma de Barcelona, que llegó a la capital catalana hace 21 años desde Vinaròs, «parece que el 27-S se puede decidir algo más que la composición del Parlament», aunque matiza que «no cambiará nada de la noche al día, pero tampoco son unas elecciones normales». Además, apunta que las confrontaciones que hay en las redes sociales no reflejan los diálogos que se dan en las calles «con normalidad». Por otro lado, la campaña le da muchos ejemplos para ilustrar sus clases, que ahora son «apasionantes».

Pep Ferrero es publicista, de Ontinyent, y también vive en Barcelona, en su caso desde 1994. Asegura que la «fractura social de la que algunas personas hablan no existe». También opina que «no pasará mucho más de lo que pasa ahora», pero que a la larga los gobiernos español y catalán se tendrán que sentar a dialogar, porque representan dos posturas ideológicas con apoyos «muy igualados».

Rafa Garrido, de Rafelbunyol, lleva 13 años trabajando en Cataluña como periodista político, por lo que está siguiendo la campaña electoral muy de cerca. Se considera un «friki » de la política, aunque no se atreve a vaticinar un resultado. Recuerda que la clave parece que estará en el 30% de indecisos, y no se fía de las encuestas, ya que votará gente que no lo hizo en otras citas. Como Josep Àngel, mantiene que en política «las cosas no pasan de un día para otro», y que no habrán movimientos hasta que no pasen las elecciones generales de diciembre.

En cuanto al clima que hay en las calles, Rafa opina que se está dando «una imagen distorsionada». Según el periodista y las otras personas entrevistadas por Levante-EMV, el diálogo es posible, y se da. «La gente se posiciona, igual que si se habla de derechas o izquierdas, de fútbol, o de partidos políticos; como pasa en cualquier bar de Valencia», explica. La novedad que sí han notado es que mucha gente se ha visto «obligada a posicionarse».

Ferran Julve, de Canals, lleva 15 años en Barcelona, done actualmente es el presidente de la Casa de Valencia. Ve a la gente «con ganas de expresar su opinión y de conocer el resultado». También coincide en que el tema «está en la calle» y explica que todos se expresan «de forma no violenta, sin coartar la libertad de expresión de nadie», y exponen sus razones y sentimientos. No lo vive como un «foráneo», ya que tiene la sensación de estar «en el pueblo», porque Barcelona es «muy acogedora». Además, coincidiendo con Rafa Garrido, afirma que los valencianos comparten singularidades con los catalanes, lo que ayuda a entender mejor los debates que allí se dan.

Para la profesora Laura Albelda, de Fortaleny, pero que vive en Terrassa y trabaja en un instituto de Sabadell, la Diada supuso el anticipo al clima electoral que estos días se vive en las localidades catalanas. La filóloga cree que estas elecciones son una cita que pasará a la historia, tanto si los independentistas consiguen mayoría, como si no.