La presidenta del PP de la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig, ha marcado distancias con las líneas rojas contra la corrupción que marcaron la etapa de Alberto Fabra. En declaraciones a los periodistas en los pasillos de las Corts, Bonig ha evitado en varias ocasiones utilizar esta expresión al ser preguntada por la situación de Víctor Soler, el primer diputado del grupo popular imputado en esta nueva legislatura, y del exalcalde de Gandia, Arturo Torró. Torró ha sido llamado a declarar como imputado ante la Audiencia Nacional mientras que la citación del diputado se ha supendido porque, al ser aforado, la competencia recae en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana

"No se trata de líneas rojas, sino de sentido común", ha asegurado Bonig. "No voy a entrar en líneas rojas, verdes o azules", ha insistido la lideresa del PPCV. "Tenemos que evitar que la imputación se convierta en un arma política", ha añadido, una frase que evidencia que el nuevo PPCV quiere huir de los problemas que la aplicación tajante de las líneas rojas generó a Fabra.

Bonig ha dado su respaldo a Torró, con quien, según ha revelado, ha estado hablando: "Sus explicaciones me han convencido, confío en su inocencia". Con todo, la presidenta popular ha advertido de que el PPCV no "va a tapar nada" y será contundente si hay pruebas claras. Si no es así, ha añadido, se aplicarán los estatutos nacionales del PP, que marcan la apertura de expediente informativo en caso de imputación y la expulsión si hay condena.

En realidad, Fabra, para el caso de diputados y concejales, estableció que habría expulsión en el caso de apertura de juicio oral. Sin embargo, si decretó su salida de cargos orgánicos del partido. Bonig no tiene intención, de momento, de tomar medidas más allá de la apertura del expediente.