La tensión por las elecciones catalanas del domingo se trasladó ayer a las Corts. El PP y Ciudadanos rivalizaron por enarbolar en la Cámara la bandera de España tras presentar sendas propuestas de declaración institucional ante el 27S que no culminaron ante el rechazo de los tres partidos que respaldan al Consell, PSPV, Compromís y Podemos, que alegaron que no estaban dispuestos a «hacerle el juego» a populares y C's y porque, según el podemita Antonio Montiel, lo que se pretendía era «utilizar las elecciones catalanas para hacer campaña electoral en las Corts». En la polémica terció el presidente, Ximo Puig, quien, aunque dijo desconocer los textos, reivindicó que frente a la opción del «inmovilismo» del PP y la del independentismo, hay una tercera vía para resolver el problema de Cataluña, la «del diálogo, el sentido común y la reforma constitucional».

Inicialmente, Ciudadanos y PP intentaron que el pleno de ayer incluyera el debate de propuestas sobre el 27S pero el tripartito lo desestimó en la Junta de Portavoces con el argumento de que la sesión era para las comparecencias de consellers. Ante ello, ayer plantearon sendas declaraciones institucionales. La de C's se «solidarizaba» con los catalanes ante los comicios del domingo y ratificaba «el compromiso con la unidad de todos los españoles».

La del PP quería «poner en valor la cohesión, la diversidad y la unidad de España», así como la «indivisibilidad de la soberanía nacional», que «no puede ser ni vulnerable ni fraccionable». La proclama, sin embargo, no pudo leerse en el pleno al no estar suscrita por la izquierda. Las declaraciones institucionales exigen unanimidad.

«Desde el golpe de Estado»

La síndica del PP, Isabel Bonig, reivindicó una «unidad» que «ha dado a este país desde la Constitución los mejores 37 años de progreso, desarrollo económico, social, cultural y de oportunidad para todos». Y denunció que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, «no puede firmar esto porque no cree en ello y porque cree que rompería el pacto» del Consell que mantiene con Compromís, formación donde «sí piensan en los Països Catalans». Por su parte, la portavoz de C's, Carolina Punset, subrayó que las del domingo «no son unas elecciones autonómicas más, sino el mayor desafío que ha sufrido nuestra democracia desde el golpe de Estado». Por ello, consideró «aberrante» que la Comunitat y sus instituciones «permanezcan al margen de este desafío».

Punset señaló que en el Consell hay «representantes de Compromís que están vinculados de manera expresa, clara y no oculta mediante sus estatutos al movimiento pancatalanista, que pretende unir nuestra Comunidad a los Països Catalans». Y criticó que el PSPV, que a menudo proclama su vocación estatal, no firme el texto para «no molestar a sus socios nacionalistas».

El presidente Puig argumentó: «El inmovilismo del PP no sirve, pero tampoco el independentismo porque es romperlo todo a cambio de nada». Por eso, abogó por «sentarse a dialogar». «No entiendo a Rajoy», confesó. El jefe del Consell también aseveró: «El problema territorial no se circunscribe a Cataluña, sino al encaje de todas las comunidades y los ciudadanos porque hay una asimetría entre ciudadanos, somos desiguales». En ese sentido, enfatizó que la Comunitat «tiene un problema de financiación dramático» para el que, entre otras cuestiones, «exigimos la reforma de la Constitución», frente a la sacralización de la Carta que hace el PP y el «triunfalismo» sobre la situación actual. «La vía de futuro debe ser que haya singularidad para las comunidades, porque son singulares, e igualdad para los ciudadanos».

Podemos: «Sí a derecho a decidir»

Compromís declinó hacer declaraciones para no «hacerle el juego» a populares y C's, mientras Montiel, tras declararse partidario del «derecho a decidir», manifestó: «No vamos a caer en el juego de buscar declaraciones institucionales para defender la unidad de España porque el principal enemigo potencial de la unidad de España se llama Rajoy, especialista en fabricar independentistas». Y acusó al PP y C's de utilizar las elecciones catalanas «para hacer campaña electoral en las Corts».

A su juicio, el Gobierno de Mariano Rajoy y el de Artur Mas «tienen intereses muy parecidos» porque ambos «recortan derechos».Y remató: «No nos gustaría que Mas y Rajoy llegaran al extremo de que Cataluña abandonara España».