El exjefe de Gabinete de la Conselleria de Turismo, Rafael Betoret, compareció el pasado lunes en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJ-CV) para declarar en calidad de acusado en el juicio de Fitur luciendo un cambio de imagen. Betoret, que se ha cortado el pelo y se ha dejado barba, lucía un aspecto bastante diferente al que tenía cuando trabajaba a las órdenes de Milagrosa Martínez durante la etapa de Gobierno de Francisco Camps. Pero Betoret, que ya resultó imputado y condenado en la causa de los trajes, no es único referente de aquella época que ha buscado un cambio de imagen, probablemente, para pasar más desapercibido entre la gente tras varios años en el foco.

El primero en dar un giro radical a su look fue Álvaro Pérez, apodado «El Bigotes». El hombre de Francisco Correa en la Comunitat Valenciana, decidió renunciar al peculiar bigote que dio pie a su apodo y el día del juicio de los trajes, en diciembre de 2011, acudió con una poblada barba al TSJ-CV para declarar en el juicio por los trajes.

Álvaro Pérez ha mantenido el mostacho, pero mucho más discreto que el que lucía cuando era el hombre de los eventos del Partido Popular en la Comunitat Valenciana. En cambio sí ha mantenido la barba con la que reapareció en el juicio de los trajes. También decidió cambiar de aspecto el expresidente de las Corts y exvicepresidente de Camps, Juan Cotino, si bien el exdirigente popular dio este paso algo antes de estar imputado.

Cotino se dejó crecer la barba después de que se emitiera el programa «Salvados» de la Sexta dedicado a la tragedia del metro y a la manipulación que hizo el Consell del accidente.

Este espacio tuvo como protagonista a Cotino, al quien el periodista Jordi Évole puso de nuevo en el disparadero por su papel en la gestión política del accidente. El programa, con gags que se hicieron virales como la llamada de teléfono al supuesto hermano de Cotino, tuvo un gran impacto en la sociedad. De hecho, el expresidente de las Corts llegó a tener serios problemas cuando salía a la calle ya que era identificado y en ocasiones increpado por algunas personas.

Cotino, al que al menos durante su dilatada trayectoria como cargo público no se le conocía ningún cambio de imagen, optó también por dejarse barba, y de esta manera poder ser menos reconocido.

En aquel momento, Cotino estaba ya en el ojo del huracán por la investigación abierta en torno a la retransmisión de la visita del Papa por RTVV, aunque todavía no estaba imputado. La imputación se produjo en noviembre de 2014.

Con todo, el cambio más sorprendente fue el que se trabajó el exgerente de Imelsa, Marcos Benavent, quien después de varios meses en paradero desconocido reapareció en la Ciudad de la Justicia con estética hipster. Benavent, investigado por su gestión en la empresa pública de la Diputación de Valencia, lució una ropa informal blanca, una densa barba y numerosos pendientes y pulseras. Nada que ver con la cuidada imagen que lucía en otros tiempos. Benavent se había dejado algo de barba antes de saltar el escándalo de la diputación, pero su aspecto nada tenía que ver con el que lució el pasado mes de mayo.