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Protesta

El cambio político calma la calle y reduce a la mitad las grandes manifestaciones

Las tres protestas que han superado el millar de personas de junio a septiembre han sido la del Orgullo Gay, contra la Ley Mordaza y por las víctimas del metro

El cambio político calma la calle y reduce a la mitad las grandes manifestaciones

Es como el «Fin de la Historia» que teorizó el politólogo Francis Fukuyama „ausencia de lucha de ideologías tras la implosión del comunismo y el fin de la Guerra Fría„, pero en su versión callejera. Algo así parece haber ocurrido respecto a las manifestaciones y las protestas públicas en la Comunitat Valenciana tras la victoria electoral de la izquierda, que ha llevado a Ximo Puig al Palau de la Generalitat y a Joan Ribó a la alcaldía de Valencia.

Las pancartas duermen „o al menos hibernan„ en el baúl tras años de hiperactividad durante los gobiernos del PP (4.789 protestas comunicadas en la Comunitat Valenciana en 2014). Según datos de la Delegación del Gobierno facilitados a Levante-EMV, entre junio y septiembre de este año se han registrado la mitad de manifestaciones con más de mil participantes en Valencia en comparación con el mismo periodo del año pasado.

Entonces, con Alberto Fabra, hubo seis grandes protestas públicas que superaron el millar de manifestantes. En total, 16.200 personas en manifestación. Ahora, entre junio y finales de septiembre, sólo ha habido tres, con una asistencia total de 8.200 personas.

La temática de las concentraciones también es reveladora. El año pasado, las manifestaciones se dirigían contra el gobierno de Alberto Fabra, contra el ayuntamiento del cap i casal que presidía Rita Barberá, contra el Gobierno estatal de Mariano Rajoy, contra la monarquía y por los derechos de los homosexuales, transexuales y bisexuales.

El sector educativo se movilizó de la mano del Sindicat de Treballadors de l'Ensenyament (Stepv) por el rechazo de los profesores a la aplicación de la Lomce, con 1.000 asistentes. También salieron a la calle, convocados por el sindicato CGT, para exigir a la Conselleria de Educación medidas ante las altas temperaturas en las aulas al inicio del curso, con 1.200 participantes.

Las organizaciones sociales, sindicatos y plataformas clamaron «Per la república» por la subida al trono de Felipe VI con 1.500 y 4.000 personas en sendas concentraciones. Otras 1.500 personas protestaron por la puesta en marcha de las obras del edificio nuevo de Casa Caridad.

Ni una contra Puig o Ribó

De junio a septiembre de este año, es significativa la ausencia de grandes manifestaciones contra las nuevas administraciones progresistas instaladas en la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia. Las tres protestas registradas en Valencia por la Delegación del Gobierno han sido: una, por el Día del Orgullo LGTB (6.000 asistentes); otra, contra la Ley de Mordaza del Gobierno central (1.200 asistentes); y la última „el 3 de julio„ fue la última concentración celebrada por las víctimas del metro, dirigida contra la anterior Administración autonómica del PP (1.000 asistentes según la policía). Ni el Consell de Puig ni el gobierno de Ribó se han estrenado como diana de manifestaciones.

¿Por qué? Marc Candela, portavoz del siempre combativo Stepv, asegura que no darán «ningún cheque en blanco» al nuevo gobierno autonómico de PSPV y Compromís. «A nivel estatal, convocaremos próximamente alguna acción para recordar que no queremos la Lomce. A nivel autonómico, se han desactivado algunas cuestiones porque la Conselleria de Educación sí que ha actuado: decreto del profesorado interino, recuperación de unidades en centros muy movilizados (Cremona, Ontinyent, Castelló), se está trabajando en la recuperación de plantilla en FP, se han mejorado las ayudas a transporte y comedor escolar, a los libros de texto? Es normal que se desactive la movilización», explica Candela.

La atención a algunas reivindicaciones del sector, sin embargo, no colma al Stepv. «Todavía no se ha recuperado todo lo recortado en los últimos años. Así que, por nuestra parte, no hay cheques en blanco: ¡Mira nuestra última nota de prensa, muy crítica con unas palabras del conseller sobre los profesores interinos!», advierte. Pero, de momento, la calle no acosa al poder.

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