Carmen Flores, Defensora del Paciente, ayer elevó a la Fiscalía de Valencia el caso de David Castell, afectado por varias enfermedades pulmonares que podrían haberse visto agravadas por la manipulación del motor diésel de los vehículos Volkswagen, según explican.

Al percatarse de que su vecino, con quien comparte garaje desde hace seis años, tiene un coche Volkswagen afectado por la manipulación de los motores, se puso en contacto con la Defensora del Paciente, que decidió iniciar el trámite en la Fiscalía, a la que instó a investigar y actuar.

Ambos consideran que el escándalo de la marca automovilística puede suponer «un delito», porque pone «en riesgo la salud pública y la vida de las personas con enfermedades crónicas». Además, Carmen Flores añade que el hecho es «un atentado contra la salud pública y la vida de las personas con enfermedades crónicas».

Por su parte, Castell explicó que si es cierto que estos vehículos contaminan un 40 % más de lo que deberían, se ve en su derecho de denunciar, y comparó estos niveles de contaminación a estar siendo «envenenado poco a poco».