¿Cómo viven la sexualidad las mujeres a las que se les ha amputado un pecho para librarse del cáncer de mama? ¿Esconden su cicatriz? ¿Temen que se les rechace por no tener una mama? ¿Anhelan recuperar el seno que perdieron? ¿Se sienten menos femeninas? La psicóloga y sexóloga Concha Chacón pondrá esta tarde el cascabel al gato en una conferencia que tendrá lugar a las 17.30 horas en la sexta planta del edificio de El Corte Inglés de la calle Colon y que lleva por título «La sexualidad y el cáncer de mama».
«¿Que si afecta? Claro, interfiere muchísimo», responde la ponente a Levante-EMV. Una de cada cinco parejas acaba en divorcio tras el cáncer.
Josefa tiene 59 años y fue en 2008 cuando se enfrentó al tumor. «Yo hice un cambio, vivía muy dependiente de mi marido y a raíz del cáncer él me animó a salir con mis amigas, no sé si porque pensaba que me iba a morir, y a que me distrajera y ahora soy más independiente, pero en el aspecto sexual no tengo ganas de hacer nada, no solo por la mastectomía, sino por la menopausia y porque tengo un hijo con problemas».
«Durante este tiempo mi marido me ha cuidado mucho, me besaba la cicatriz, jamás me ha mirado mal; al revés, está superenamorado y es muy cariñoso; el día 28 tengo que ir a la cirujana plástica y él me dice que no vaya, que estoy bien, que no lo haga por él, que lo haga por mí, y cuando me toca me dice: 'tienes una teta que vale por dos', y eso que a él siempre le han gustado los pechos».
Inma tenía 38 años cuando se lo diagnosticaron. «A mí sí que me ha afectado bastante; era joven y con el tratamiento me convertí en menopaúsica, me ha disminuido la líbido. Yo he sentido mucho el rechazo de mi cuerpo, yo no le dejo (a su marido) que me toque, y no quiero que me vea desnuda y darnos una ducha juntos, nunca».
«Me volvió a enamorar su amor»
«Yo siento rechazo hacia mí y eso „agrega„ ha repercutido en la sexualidad y cuando llegó el momento de la reconstrucción me dijo que él no quería, por él no me la hubiera hecho, que para él era atractiva, que se sentía muy atraído por mí, con mama y sin mama y me volvió a enamorar su amor».
«Antes buscábamos él y yo, pero a raiz del tratamiento tengo menos apetencia, yo no empiezo nunca aunque me lo paso muy bien y digo: 'mañana otra vez`». «Él ha respetado mucho mis necesidades, lo hemos hablado y me he reconstruido la mama por mí, porque yo necesitaba no depender de la prótesis y ponerme un bikini como todo el mundo y ese objetivo lo cumplí».
«Mi pareja „afirma B. L. de 48 años„ me ha apoyado en todo, estuve un año totalmente plana y he tenido que remontar de cero y ahora que ya llevo la prótesis me dice que no me toque la otra (la buena) porque la silicona no le gusta (lo ideal es que las igualen); cuando me dice que no me va a tocar la de silicona me da tristeza y me pregunto: ¿me has aceptado?, ¿qué solución me das? Ahora lo llevo mejor, pero he tenido momentos de que te sabe mal por la otra persona, porque se cansan mucho de todo lo que aguantan, como los cambios de humor que pueden deteriorar una relación, porque es como estar con otra persona; quieres retomar lo que eras antes pero nunca será igual y con el desastre hormonal tras la químio se me quitó toda la líbido».
María José, de 45 años, asegura que a ella no le ha afectado mucho sexualmente y eso que pasó por el quirófano, la quimio y la radio. «Yo veo que a mi novio le sabe mal tocarme por si me hace daño y me pregunta: ¿te molesta que no quiera tocarte el pecho? Piensa que me va a hacer daño, a mi me gustaría pero hay que aceptarlo; ahora no me apetece tanto porque con el tratamiento te quedas seca y cerrada pero hay lubricantes y los uso y poco a poco voy recobrando mi tono de antes».
