­La cornada del nuevo Consell a la polémica protección cultural de los bous al carrer está a punto de materializarse. Será de forma indirecta, sin clarines, pero una estocada igualmente efectiva. La proposición de ley registrada en las Corts por PSPV, Compromís y Podemos para derogar de forma íntegra la Ley de Señas de Identidad aprobada por el PP al final de la anterior legislatura comportará, irremediablemente, la supresión de la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial a los festejos taurinos tradicionales de la Comunitat Valenciana.

Será el BIC más efímero de la historia: fue aprobado con la firma de Alberto Fabra el pasado 2 de abril de 2015, entró en vigor el 9 de abril con la publicación de dicha ley en el DOCV y desaparecerá cuando en las próximas semanas „posiblemente en noviembre o diciembre„ el nuevo Parlamento valenciano derogue la Ley de Señas de Identidad. En total, siete u ocho meses de duración con ninguna consecuencia efectiva. «Ahora se quedará como estaba antes de la Ley de Señas de Identidad y punto. Y no hay voluntad de iniciar ningún expediente de declaración BIC a los bous al carrer», según manifestó ayer a este periódico un alto cargo del Consell.

Fórmula anómala

La extraña forma de eliminar la protección BIC a los bous al carrer es consecuencia de la anómala forma de declaración que impulsó el Consell del PP. Tras verse incapaz de conseguir por los cauces habituales la declaración BIC a los festejos taurinos, el Consell de Alberto Fabra optó por una vía extraordinaria: incluyó esta protección patrimonial en la disposición adicional de una Ley de Señas de Identidad que contaba con la oposición de todos los grupos del hemiciclo excepto el PP.

De este modo terminaba un culebrón iniciado en marzo de 2010, cuando el Consell de Francisco Camps impulsó la declaración BIC a los bous para contrarrestar la prohibición de las corridas de toros en Cataluña. Aquella iniciativa de calado político despertó el entusiasmo de los taurinos y la oposición firme de los antitaurinos y de todos los partidos políticos valencianos salvo el PP. En junio de 2012, el voto negativo de la Universitat de València y de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos en los informes consultivos tumbaron el proyecto, que se archivó. Casi tres años después de aquel revés, el Consell de Fabra decidió saltarse el procedimiento habitual y conseguir, a través de una ley aprobada en solitario, que los bous al carrer fueran declarados BIC inmaterial.

Uno de los grandes sectores que presionaron para conseguir aquella protección cultural fue la Federación de Peñas de Bous al Carrer de la Comunitat Valenciana. Su presidente, Vicente Nogueroles, ya reconoció en una entrevista a Levante-EMV que el BIC era un «objetivo muy esperado» por el colectivo de los bous al carrer. Pero se mostraba «crítico» con la manera con la que el PP la había alcanzado. «No se logró de forma muy ortodoxa. Venían elecciones y se hizo de forma muy precipitada [a través de la Ley de Señas de Identidad]», dijo. En su mano estará plantar o no batalla para conseguir de nuevo la vitola cultural ante un Consell que, con una media verónica cómoda y disimulada y sin necesidad de ponerse a porta gayola, ha conseguido suprimir una medida del PP que no compartía. Ahora, los festejos taurinos volverán a pasar a la desprotección cultural.