La confesión que Francisco Correa, cabecilla de la trama Gürtel hace al Fiscal para intentar rebajar su pena, sitúa al expresidente Francisco Camps y al exsecretario general del PP Ricardo Costa en el centro de todas las maquinaciones para el saqueo de la Generalitat. En su declaración firmada, Correa apunta al exjefe del Consell como el responsable político del fraccionamiento de facturas para pagar el coste de la organización del Open de Tenis 500 de Valencia desde diversos departamentos. «Lo organizaba todos los años la conselleria de Presidencia. Como no tenía dinero se nos dijo que había que fraccionar la factura (...) esto fue orden de Francisco Camps», asegura el responsable de la trama en un documento de ocho páginas hecho público ayer en El diario.es.

La facturación de Orange Market, la matriz valenciana de la trama con la Generalitat supuso el 80% de sus ingresos, más de 6 millones, sin contar los 7,4 del contrato de RTVV por la cobertura de la visita del Papa.

En su declaración, Correa apunta también a Ricardo Costa, que ejercía entonces de número 2 del PP, como ideólogo de la trama de financiación ilegal del partido a través de facturas falsas pagadas por contratistas de obra pública que jamás se beneficiaron de los servicios facturados por la empresa Gürtel. «Ricardo Costa fue quien propuso y obligó, en contra del criterio de Pablo Crespo, que facturásemos a constructores obviamente por servicios no prestados», confiesa Correa, sin citar a las implicadas Sedesa, Facsa, Lubasa, Piaf, Enrique Ortiz o el grupo Hormigones Martínez.

El jefe de la trama Gürtel lamenta, sin embargo, que sus negocios en la Comunitat Valenciana no fueran todo lo fructíferos que hubiera deseado. «El hecho de que Álvaro Pérez no fuese capaz de conseguir más contratos públicos provocó fuertes broncas con él porque los eventos del PP no resultaban rentables para mantener la estructura en Valencia», asegura quien se hacía llamar Don Vito.

Respecto a la práctica de fraccionar contratos para evitar la convocatoria de concurso público, Correa afirma que fue una consigna en favor de Orange Market y que esta práctica «vino impuesta» para que la ventanilla valenciana de Gürtel pudiera cobrar los trabajos realizados «ya que la Generalitat tenía problemas de fondos y siempre después de que Álvaro Pérez tuviese que llorar y protestar mucho a Camps». En su confesión, Correa llega a lamentar que las «grandes adjudicaciones de eventos o campañas de la Generalitat, le fueron adjudicadas en su mayor parte a Engloba, que tenía el 80% de las adjudicaciones».

El cabecilla de la trama llega incluso a comparar las hojas de servicio de las dos empresas respecto al Consell: «En 4/5 años, a Orange Market se le adjudicaron muy pocos concursos y a Engloba en un solo año le adjudicaron unos 60 con la Generalitat». En la mismísima puerta del TSJ valenciano, Correa ya elevó esta «queja» en declaraciones a este diario.