La digestión urbanística de los dos mil planes urbanísticos tramitados bajo el paraguas de dos leyes urbanísticas -la LRAU y la LUV- (y una tercera distinta actualmente en vigor) no va a ser sencilla. La intención de la Conselleria de Vertebración del Territorio es dotar a un documento ya existente, la Estrategia Territorial de la Comunitat Valenciana (ETCV), de «valor normativo vinculante para que constituya la verdadera base del planeamiento municipal» y sea de obligado cumplimiento para los ayuntamientos. La Estrategia está en vigor desde enero de 2011 y marca el crecimiento de los próximos 30 años de la Comunitat Valenciana. Pero el anterior Consell pasaba de puntillas por los proyectos urbanísticos aprobados por los municipios. La ETCV incluye una fórmula de crecimiento mesurado para calcular las viviendas y el suelo urbanizado que necesitará cada una de las 542 poblaciones valencianas. Pero hasta ahora se sometían a este cálculo controlado del crecimiento urbanístico de forma «voluntaria» los municipios que revisaban el plan general. La aplicación estricta del «Índice máximo de ocupación del suelo en el horizonte de 2030» por parte de la Conselleria de Territorio permitiría descartar los planes urbanísticos excesivos y aplicar más raciocinio al territorio.

l. ballester valencia