Una gran bola de fuego, más brillante incluso que la luna llena, iluminó durante un instante la costa mediterránea desde Andalucía hasta la Comunitat Valenciana durante la madrugada de este pasado miércoles. El bólido, así se denominan a las estrellas fugaces más luminosas „aquellas que brillan más que el planeta Venus„, proviene de un fragmento del cometa Encke, llamado también Matusalén al ser el más antiguo que se conoce (fue descubierto en 1786).

El fenómeno fue registrado por el observatorio astronómico hispano-alemán de Calar Alto (CAHA) en la sierra de Los Filabres de Almería y las estaciones de detección de bólidos de La Murta de Sevilla y La Hita de Toledo. Se estima que también fue visible en Extremadura, Madrid, Catalunya y la C. Valenciana.

El Observatori Astronòmic de la Universitat de València (OAUV), cuyo telescopio está en Aras de los Olmos, no detectó el bólido porque sus cámaras sólo operan durante las campañas de observación.

El fragmento del Encke, según informa el CAHA, impactó a las 4 horas y cinco minutos contra la atmósfera a una velocidad de más de 100.000 km/h y a una altitud de 100 km sobre el mar Mediterráneo entre las costas de Murcia y Orán (Argelia), generando una bola de fuego que avanzó en dirección noreste hacia las Baleares y se extinguió cuando se encontraba a unos 25 km de altura sobre el nivel del mar.

El análisis de los datos registrados, explica el CAHA en su página web, indican «que una parte del material consiguió sobrevivir en forma de meteorito, cayendo al mar». «Se trataría de un pequeño meteorito con una masa inferior a los 100 gramos», detalla la información.