«Este año he querido optar a un puesto de director en un instituto de Secundaria y al no tener la plaza de catedrático que en teoría ya me dieron he contado con menos posibilidades. Ha sido un perjuicio claro para mi carrera profesional». Quién habla es profesor en un IES de Valencia. Tiene 60 años de edad y lleva toda la vida dando clase. De momento, prefiere mantener el anonimato por miedo a represalias.

En el año 2009 postuló a uno de los 500 puestos de catedrático —488 en Secundaria y 12 en las Escuelas Oficiales de Idiomas— que la conselleria de Educación sacó a concurso mediante una orden publicada el 22 de diciembre. En 2014 su nombre fue uno de los que formaron parte de la lista final de seleccionados. Estamos acabando 2015 y aún se encuentra a la espera del anuncio oficial que lo acredite como catedrático: el calvario ya dura un total de seis años.

La causa principal de la problemática reside en las denuncias tramitadas por varios afectados, que han paralizado el proceso en los tribunales. A las plazas se presentaron 4.400 candidatos.

Críticas al sistema elegido

Primero docentes y sindicatos educativos criticaron el sistema elegido por la conselleria de Educación, que se centraba en una evaluación individual de cada uno de los aspirantes. Luego, se agilizó la designación y se publicaron las primeras listas. El proceso se truncó cuando la propia conselleria ordenó que se rectificaran los listados, contraviniendo las bases ya publicadas y dejando sin plaza a los candidatos que habían accedido con una titulación de las declaradas por la ley «equivalentes a efectos de docencia por la LOE».

Así, algunos de los 291 candidatos en la especialidad de Tecnología se vieron especialmente perjudicados y recurrieron el proceso en los tribunales. El juez decretó entonces la suspensión cautelar del expediente administrativo.

Sin embargo, esta semana un jugado de Valencia ha limitado la suspensión cautelar del procedimiento: ahora solamente afecta a la especialidad de Tecnología. Ello supone que solo continuarían suspendidas o bloqueadas la adjudicación de las 25 plazas de Tecnología y podrían continuar su tramitación las 475 restantes, a falta de los pertinente movimientos de la administración. Francisco Javier González Zurita —responsable de relaciones institucionales del sindicato FETE-UGT— declaró que «lo que ha ocurrido es bochornoso y vergonzante. El último nombramiento de catedráticos data de 1995 y ha pasado demasiado tiempo. Es fácil que algunos catedráticos hayan fallecido sin ser proclamados oficialmente».