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Trini Simó: "A las feministas nos veían como extraterrestres"

A sus 80 años recibe hoy un homenaje por su activismo feminista en una época en que manifestarse por las mujeres las convertía en bichos raros

Trini Simó: "A las feministas nos veían como extraterrestres"

La España en blanco y negro se abría al color con el diafragma bien regulado: no debía entrar ni poca luz ni demasiada de golpe. Y en ese trance entre dos clarors, cuando algunos debían tirar del carro de la modernidad y pasar de incomprendidos a vanguardistas, emergió Trini Simó.

En compañía de un puñado de mujeres más, encabezó el incipiente movimiento feminista que cuajó en Valencia durante los años setenta. La niña nacida en 1935 que había quedado huérfana de padre a los siete años, la alumna que había sido expulsada del colegio de monjas contra el que se rebelaba («fue lo único sensato que hicieron aquellas monjas»), la joven que vio cómo su madre sacaba adelante a cinco hijos, que se marchó a París con veinte años a cuidar niños y que allí conoció la libertad y el aire fresco que nunca había sentido, que se equivocó con un matrimonio temprano y una década después se divorció para ser más genuinamente libre, esa mujer dio un paso al frente y se enroló en el feminismo avant la lettre. Primero en el Ateneo, en la Subcomisión de la Mujer, y desde 1975 como presidenta y fundadora de la Asociación de Mujeres Universitarias. «Hicimos la primera manifestación feminista. Recuerdo que la gente se burlaba de nosotras porque defendíamos a las mujeres en la calle. Aquello era inaudito en Valencia. ¡Nos veían como seres extraterrestres!», rememora entre risas.

Hoy, Trini Simó recibe un homenaje en el Ateneo Mercantil de Valencia (19 horas). Feministas y defensores del patrimonio y el medio ambiente conmemoran así el 80 aniversario de una de sus referentes. Ella, que fue una de las 23 mujeres valencianas que participaron en las históricas Jornadas Nacionales por la Liberación de la Mujer realizadas en diciembre de 1975 en Madrid, es poco de mirar el retrovisor. Prefiere el presente. Ve «terrible» la intensidad de los feminicidios. «El Estado debería intervenir mucho más. Y las mujeres no deberían someterse ni aguantar tanto. Porque eso se ve venir. Pero es que continuamos en las mismas: se ha avanzado, pero no lo que se tenía que haber avanzado», masculla.

Trini Simó estudió Filosofía y Letras y se doctoró en Historia de la Arquitectura con una influyente tesis sobre la arquitectura modernista valenciana. Fue profesora de Historia del Arte en la Universitat de València y después pasó a la Politècnica para enseñar Historia de la Arquitectura y del Urbanismo. Ese campo ha sido otro de sus caballos de batalla en sus frecuentes artículos de prensa. «El patrimonio hay que preservarlo. Son nuestras raíces, nuestra cultura. Y los barrios pobres hay que revitalizarlos. Más que por hacer cosas nuevas, me inclino por cuidar y rehabilitar. Y la Ciudad de las Artes y las Ciencias la encuentro espantosa. ¡El Calatrava de las narices!», exclama quien fue directora general de Actividades Artísticas en el Consell de Lerma.

Indignada con Rajoy y la pobreza

Es octogenaria, pero sigue sintiéndose activista. «Eso nada tiene que ver con la edad. Al contrario: rejuvenece y es una válvula de escape», matiza. Si ahora tuviera que iniciar una cruzada, combatiría las desigualdades. «Me indigna la pobreza, la enorme diferencia de clases». Confiesa sus ganas «de que Rajoy se vaya y ver si esto cambia. Porque no hay derecho. No es que no haya dinero en España; es que está muy mal repartido. Y ver a gente que no puede comer es terrible». La España en color sigue con lagunas negras.

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