Un informe encargado por la Dirección General de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior concluye que existe un riesgo real de que se produzcan tsunamis frente a las costas valencianas capaces de provocar una subida del mar de hasta 8 metros que llegarían a la costa antes de una hora desde el inicio del seísmo desencadenante, prácticamente sin capacidad de respuesta para alertar a la población civil.
Según las conclusiones oficiales de la Jornada Técnica sobre Riesgo de Maremotos celebrada ahora hace un año en Madrid, en el Mediterráneo se han localizado «decenas de estructuras y depósitos generados por deslizamientos submarinos».
«Su zona de generación„añade„ se encuentra generalmente a poca distancia de la costa (menos de 100 km) y por tanto el tiempo de respuesta es reducido».
Los científicos hicieron una simulación de qué ocurriría si hoy se repitiera el deslizamiento submarino BIG ´95, el mayor deslizamiento identificado en los márgenes continentales de la Península Ibérica y situado frente a las costas de Castelló y Valencia, al sur de las Columbretes.
«Si hoy se produjera un deslizamiento similar, «generaría un tsunami local que tardaría apenas un 20 minutos en alcanzar Ibiza, y casi una hora en alcanzar la costa de Castelló y Valencia, en ambos casos con amplitudes máximas superiores a los 8 metros».
En el caso de la Comunitat Valenciana, hace miles de años que el Ebro y otros ríos han generado una inmenso talud, en muchos casos inestable, frente a las costas de Castelló y Valencia. Un desplazamiento de estos depósitos, de hasta 150 metros de espesor y 2.000 kilómetros cuadrados de superficie, como ya ocurrió con el denominado BIG´ 95 hace, provocaría un tsunami necesariamente mortal en las actuales condiciones del nivel del mar.
Los expertos proponen al ministerio trabajar bajo la hipótesis de que el tiempo de respuesta puede ser de unos pocos minutos y advierten que preveer con exactitud donde y cuando se va a producir un deslizamiento con capacidad de generar un tsunami «no es trivial».
Advierten por último que descartar la capacidad de un terremoto de generar un tsunami por su escasa magnitud «puede ser un error, pues este seísmo podría generar a su vez, un deslizamiento» y un gran maremoto como el investigado en el BIG´95.
