El Ministerio de Educación ha concedido el Premio Nacional de al Fomento de la Convivencia Escolar, dotado con 10.000 euros, al Instituto de Educación Secundaria (IES) de Puçol, por su proyecto Convivir: Memoria de un Deseo.

Deseo, el de este centro público de 820 estudiantes y 75 profesores, de «reinventarse constantemente en buscar a estrategias para mejorar la convivencia», apunta la directora del IES Puçol, Pilar Millán.

«Lo más importante del premio „subraya„ es el reconocimiento a un trabajo en el que participa el 60 % del profesorado de forma voluntaria». A la recompensa del ministerio se suma que el esfuerzo que vienen realizando los docentes del IES Puçol, con la implicación del alumnado, durante los últimos 8 cursos se ha traducido en una «mejora total de la convivencia» según Millán.

El equipo de convivencia del instituto está coordinado por la profesora de Matemáticas Lucía Diago, que es a su vez la coordinadora de los 19 grupos de primero a cuarto de ESO del centro.

El proyecto incide en la formación en mediación, dinámicas de grupo y gestión del aula no sólo del profesorado, sino también del alumnado implicado en el plan de mejora de la convivencia.

Entre las numerosas figuras que ha creado el plan del IES Puçol sobresale la del alumno cooperante. Se trata de estudiantes de tercero y cuarto de ESO que destacan en alguna asignatura y se sienten capaces de ayudar a sus compañeros que necesitan apoyo dándoles clases individuales. Para ello, el centro ha coordinado los horarios para que una vez a la semana, los miércoles de 13 a 14 horas, coincidan todas las tutorías.

Son 70 los alumnos cooperantes que resuelven las dudas y ayudan a hacer los deberes a otros tantos estudiantes. Veinte de ellos que no pueden hacerlo en la hora de tutoría porque están preparándose para la Olimpiada Matemàtica, se quedan sin recreo el miércoles para ayudar a sus compañeros. «Eso es lo más bonito», apunta Diago. La profesora recalca, que de este repaso entre iguales se benefician todos, pues los que enseñan «les ayuda a aprender más».

«Germà Gran» en quien apoyarse

También destaca la figura del «Germà Gran». Todos los jóvenes de los 6 grupos de primero de ESO tienen un «hermano mayor» de tercero y cuarto «al que pedirle ayuda si le ocurre algo o tiene algún problema en el patio, o preguntarle dudas sobre el instituto», relata Diago consciente de la efectividad de la «ayuda entre iguales».

Este «apadrinamiento» de un alumno por otro se hace en una mañana lúdico-festiva en el que todas las parejas posan ante un Photocall compartiendo una col, de ahí el simpático Photocol del instituto.

También forman a un grupo de alumnos mediadores. Unos 40 harán ahora el curso inicial mientras que otros 20 iniciarán el nivel avanzado de la mano de expertos en resolución de conflictos. Ambos reciben clases sobre cómo actuar ante el ciberacoso.

Diago relata que estos mediadores actúan, bajo la supervisión de un profesor, «en conflictos de baja intensidad como insultos, quejas, motes...». «La mediación entre iguales „añade„ evita que los problemas vayan a más».

La directora también incide en que la formación del profesorado y del alumnado en mediación y convivencia «mejora la prevención del acoso escolar, pues los docentes y los alumnos voluntarios se muestran más sensibles hacia los jóvenes que son más retraídos o se muestran solitarios».