Dar el paso de ofrecerse a donar uno de tus riñones a un ser querido es encomiable pero lo es más cuando mantienes el compromiso aun a sabiendas de que tu riñón mejorará la vida de una persona que no conoces. Es lo que sucede en los trasplantes en cadena, coordinados a lo largo de toda España por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), y que ponen en contacto a parejas de donantes-receptores que no son compatibles.

La última operación de trasplantes a gran escala se ha realizado hace dos semanas y ha implicado a nueve hospitales de toda España, entre ellos el Universitari La Fe y el General de Alicante. La cadena involucró a diez personas en total: cinco parejas de donantes-receptores que entraron a quirófano al mismo tiempo y que hicieron posible que el altruismo generado inicialmente para favorecer a un familiar se convirtiera en una cadena de vida. «La gente es alucinante y, realmente, no hay casos de negativas cuando se plantea una cadena de trasplantes», asegura el médico Rafael Zaragoza, coordinador de Trasplantes de la Comunitat Valenciana.

En este caso, en la Fe se ocuparon de dos de los trasplantes cruzados y el General de Alicante de otro. Toda la coordinación y la logística del traslado de los órganos entre las diferentes ciudades se realiza desde la oficina central de la Organización Nacional de Trasplantes en Madrid. Lo cierto es que este tipo de trasplantes no son habituales ya que la tasa de incompatibilidad entre receptor y donante voluntario «no llega al 10 % afortunadamente», según el coordinador autonómico.