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Entrevista

José Ugaz: "Hay que rescatar la memoria histórica del porqué de la corrupción valenciana"

«No creo en la política de no mirar hacia atrás, el que no resuelve sus problemas está llamado a repetirlos», afirma el presidente de Transparencia Internacional

José Ugaz: "Hay que rescatar la memoria histórica del porqué de la corrupción valenciana"

Transparencia Internacional nació hace 22 años ¿Hay más o menos corrupción hoy en día?

Transparencia Internacional ha logrado cosas fundamentales, en primer lugar, poner la corrupción sobre la mesa, cosa que antes no existía. El Banco Mundial tenía prohibido hacer referencia a la corrupción cuando era la causa de proyectos fallidos financiados por esta institución. Gracias al esfuerzo de estos ciudadanos a nivel mundial se ha logrado, por ejemplo, una convención de Naciones Unidas contra la corrupción. Estamos presentes en 117 países. Sin embargo, hemos constatado que sigue habiendo mucha corrupción, yo diría que es un animal diferente al de hace 20 años.

¿En qué ha mutado?

La gran corrupción consta básicamente de tres elementos que la distingue de la anterior: sus autores, que tienen gran poder económico y político; la movilización de grandes cantidades de recursos; y, en tercer lugar, el impacto sobre los derechos humanos, sobre todo, en el Tercer Mundo, de donde normalmente se sacan estos recursos para trasladarlos al primer mundo.

¿Los gobiernos se suman a los postulados de Transparencia por convicción o por postureo?

Depende mucho del tipo del gobierno y de la naturaleza de los liderazgos. Hay países como Venezuela o Rusia donde somos perseguidos y amenazados. En otros casos, hemos encontrado sociedades y autoridades que realmente tiene una voluntad política de cambio. Es el caso de la C. Valenciana. Se advierte voluntad política seria de enfrentar la corrupción y promover la transparencia y la integridad.

Es la primera vez que el Consell se suma institucionalmente el día mundial contra la corrupción ¿Le sorprende?

No me sorprende. He seguido el devenir político de esta comunidad y ha habido un cambio sustancial con el nuevo Consell y en la alcaldía. Valencia ha sido por muchos años visibles por escándalos de la corrupción y veo un motivo de celebración que hoy la noticia sea que las autoridades den una paso adelante firmando un convenio con nosotros. Confío en que sea algo fundacional para una política más cercana al ciudadano y con menos corrupción.

Efectivamente, la Comunitat ha vivido una etapa negra en materia de corrupción ¿Cuál es su análisis?

En materia de corrupción no hay determinismos. Ser valenciano no hace ser más corrupto que ser andaluz. Tiene que ver con cómo se ordenan las sociedades, con los tipos de controles y con cómo generamos una cultura más propensa a la integridad o a la corrupción. Habría que analizar históricamente cómo se organizó la clase política en esta parte del país porque lo que me queda claro es que básicamente aquí ha habido una corrupción de las élites, no de la ciudadanía. Aquí los ciudadanos han reaccionado con una dosis de impotencia y han preferido tolerarla, pensando fatalistamente que era difícil cambiar la situación.

¿Cuánto poso dejarán estos casos que han azotado la CV?

Lo que queremos es que no se olviden nunca, porque el que olvida tiende a repetir. Lo que debe haber aquí es un rescate de la memoria histórica de porqué la Comunitat Valenciana llegó a estos niveles tan altos de corrupción. Se ha dado un paso importante. Existen autoridades dedicadas especialmente a temas de transparencia, existen instancias de control. El reto es cómo hacemos para que sea sostenible en el tiempo, para que cuando cambien estos líderes que demuestran un interés claro para combatir la corrupción, las instituciones tengan la suficiente solidez. Estamos asistiendo a un cambio histórico.

¿Qué debería hacer el actual Consell tras veinte años de régimen popular: borrón y cuenta nueva o levantar alfombras?

No tengo recetas específicas, pero me opongo a olvidar el pasado. El que olvida el pasado sólo se asegura que lo va a repetir, como ha ocurrido en situaciones histórica de graves violaciones de derechos humanos. Es indispensable crear comisiones de la memoria histórica, comisiones de la verdad, que nos explique qué pasó, quienes murieron y por qué, para a partir de ahí, buscar la reconciliación. En materia de corrupción es exactamente lo mismo. No creo en la política de no mirar hacia atrás. Quien no resuelve sus problemas pasados, quien no aprende las lecciones de la historia, está llamado a repetirlas.

¿Electoralmente se castiga más la corrupción o las crisis económicas?

A nivel mundial hay un punto de inflexión: la sociedad dice basta. Y ocurre donde uno no espera o en el momento más inesperado: Guatemala, es un ejemplo relevante. Las crisis desnudan y aceleran el proceso de toma de conciencia porque uno se va al paro y entonces se da cuenta de que eso que no tiene se lo ha llevado otro. La corrupción es un impuesto que pagan los más pobres.

Aquí el PP ha seguido ganando elecciones...

Efectivamente, hay una contradicción. Y no ocurre sólo aquí. Muchas veces los ciudadanos que expresan su hartazgo por la corrupción, va y votan a los corruptos. Y eso es un problema de conciencia, de frustración. Pero esas circustancias también cambian. Está pasando en Venezuela.

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