El director de la Nuclear de Cofrentes, Tomás Lozano, ha asegurado hoy, preguntado sobre si la vida de la central debería prolongarse más allá de los 40 años, que está preparada "para operar a largo plazo", y ha defendido que la mayoría de los países opta por prolongar la vida útil de las nucleares.

Ha explicado que la central, que tiene 31 años, cuenta actualmente con un permiso de explotación válido hasta 2021, y a la pregunta de si debería estar cerrada por su diseño ha respondido que no, mientras que ha explicado que en la "inmensa mayoría" de países se está pidiendo y se concede la explotación a largo plazo.

"Cuando una central está actualizada y cumple la normativa, está preparada para seguir funcionando", ha considerado el director de Cofrentes, quien ha explicado que, de los 45 millones de euros que anualmente invierte la central, doce se destinan a innovación.

Lozano ha comparecido en la comisión de Medio Ambiente de Les Corts a petición del grupo Compromís, que quería saber las medidas tomadas tras la petición de cierre permanente hecha por el director general de la Agencia Federal Nuclear Belga sobre los veinte reactores nucleares fabricados por la empresa Rotterdam.

Ha explicado, para que estén "completamente tranquilos", que tanto la fabricación como los materiales empleados en la vasija de Cofrentes son distintos a los de las centrales belgas, y además su fabricante fue japonés, no de Rotterdam, mientras que las pruebas efectuadas demuestran que la vasija de Cofrentes está "intacta".

Según ha dicho, el diseño de la central es "robusto" y mantiene "amplios márgenes" frente a terremotos extremos, inundaciones extremas o actos malintencionados, pese a lo cual se ha implantado un plan de acción para prevenir esos sucesos, en el que se ha reforzado el plan de emergencia y modernizado los equipos.

Así, ha explicado que la parte interior de las torres de refrigeración de la central -las que echan vapor de agua- se ha cambiado "por completo" y ha defendido que existe una actividad "incesante" de modernización y actualización de las instalaciones.

El director ha reivindicado la fiabilidad de la central, que lleva más de seis años sin ninguna parada automática y con factores de funcionamiento superiores al 90 %, y ha asegurado que está dentro de las 50 mejores en ratios de fiabilidad, de un total de más de 400 reactores de todo el mundo.

En el primer trimestre de 2016 estará completamente finalizado el centro alternativo de gestión de emergencias, un edificio tipo búnker preparado para albergar, en caso de emergencia, a las personas y equipos que tienen que intervenir.

Lozano ha asegurado que la instalación no impacta en el medio ambiente, pues después de tres décadas se puede decir que el fondo radiológico es similar al anterior a su construcción, y contribuye a luchar contra el cambio climático, pues no emite "gases de ningún tipo".

Sobre si se construirá un almacén temporal de residuos, ha indicado que estarán a lo que diga el plan de residuos radiactivos, si bien actualmente el grado de ocupación de la piscina de Cofrentes permite que hasta 2021 se pueda guardar combustible.

Preguntado sobre si la central está preparada ante un ataque del terrorismo islámico, ha indicado que se trata de una cuestión confidencial, pero ha explicado que los atentados del 11S marcaron "un antes y un después", y que hay colaboración "total" con el CNI, las fuerzas de seguridad y otros organismos.

Finalmente, ha destacado que las localidades cercanas a la central reciben trece millones de euros mediante impuestos, lo que contribuye a su desarrollo social y económico, y la Comunitat percibe 15 millones anuales por el mismo concepto.