Sixto ha quedado quinto por no querer ir de cuatro en una coalición de tres con la que optar a un segundo mandato. ¿Arrepentido?
(Risas) Fue un acuerdo colectivo que se adoptó en una asamblea abierta porque no había propuesta firme sobre la mesa. Asumimos la decisión, sabíamos lo que podía pasar y no pasa nada.
Sí que pasa: ha pasado mucho?
Sí, sí, evidentemente. Ha pasado mucho. Pensábamos que habría un reconocimiento del trabajo hecho, de la propuesta política, de todo. Pero la gente ha valorado otras cosas y ha votado lo que ha votado.
¿Es injusto?
Yo lo entiendo como profundamente injusto, como injusto fue lo que ocurrió en las elecciones autonómicas. Por una razón: los representantes de Esquerra Unida desempeñamos un trabajo magnífico en las instituciones. Trabajamos mucho, no cometemos errores. Nadie puede decir que no trabajamos o que lo hacemos mal. Tenemos una experiencia y una capacidad que demostramos en las instituciones al servicio de la clase trabajadora. Y es injusto que esto no se reconozca.
¿Esa injusticia de la que habla es fruto del marketing que hoy impera en la política?
Sí. A algunas opciones políticas se las ha hinchado a horas de televisión por parte de grandes grupos de comunicación. A otras no se nos ha dejado tiempo, y cuando se hablaba de nosotros era para tratar cuestiones negativas. No ha habido un juego justo por parte de determinados grupos de comunicación. Y eso se ha visto reflejado en el resultado.
¿Quiere decir que sufrieron una derrota mediática que anticipó la de las urnas?
Sí, sí, sí.
¿Y eso no es peligroso para la democracia?
Es muy peligroso cuando determinados grupos mediáticos, por intereses económicos o espurios, promocionan a unos y no a otros, o hunden a unos para aupar a otros. Eso es muy peligroso para el sistema democrático. Por eso deben existir unos medios públicos de radiotelevisión que lo compensen.
¿Izquierda Hundida o tocada?
La gente debe decidir cuál es nuestro futuro. Ahora se abre un tiempo de reflexión, de asambleas, tanto a nivel federal como de País Valencià. Está claro lo que ha ocurrido: nuestro espacio político lo han ocupado casi entero. Hay que valorar lo que haremos.
Cortada la capacidad de financiación por no estar en las instituciones y con competencia por todos sitios, ¿tiene cabida hoy el proyecto de IU o es el fin de una etapa?
No sé? Lo tendremos que revisar todo y valorarlo todo. Políticamente, no creo que estemos equivocados en el programa que defendemos ni en la raíz ideológica. Otra cosa es el marketing político, la coyuntura? Nuestra ideología no se ha acabado. Podemos habla de ciertas cuestiones de forma muy parecida a nosotros. En otras se ha adaptado al sistema del 78, al «régimen del 78» que dicen ellos. Han aceptado el marco internacional de defensa, la política económica general?
¿Lo más lógico sería ir hacia la integración con Podemos?
Ya intentamos ese gran acuerdo para presentar una oferta hegemónica de la izquierda. Pero fue Pablo Iglesias quien rompió las negociaciones con Alberto Garzón. Nosotros seguimos apostando por ese gran acuerdo.
¿Le gusta la forma en la que está evolucionando la política en España?
Hay cosas que sí y otras que nada. Me gusta mucho que todos los partidos vayan asumiendo la necesidad de democratización interna, las primarias, la participación de la ciudadanía en sus procesos. Es una herencia del 15M que me gusta mucho. Ahora bien: las críticas que hace la «nueva política» calificando a otros de «vieja política»? Un amigo me dio una definición: «La nueva política es la misma vieja política pero hecha desde la prepotencia». Porque otros ya hace años que se limitaban el salario, renunciaban a privilegios o no iban en primera clase. ¡Y no venía ninguna cámara de televisión detrás de nosotros! Algunos llevamos tiempo haciendo cosas. ¿Y sabes qué?
¿Qué?
Que si tienes más de una determinada edad o experiencia en una institución, pareces un apestado. Algunos de los que van a entrar en las instituciones y que a final de mes ya van a cobrar su sueldo, se han llenado la boca cargando contra todos, condenándonos a todos por igual. Ahora estarán ellos en las instituciones. Y llegarán otros y les dirán que ya son casta. La vida tiene esas vueltas e ironías.
