El grupo Compromís recibió ayer un simbólico espaldarazo en su contencioso por lograr el grupo parlamentario que la Mesa del Congreso, con mayoría de PP, PSOE y C´s, le niega. La formación lo esperaba y la Casa Real acabó por confirmarlo a media mañana cuando difundió la relación de formaciones a las que incluye en su ronda de consultas previas a que Felipe VI designe candidato para intentar formar Gobierno.

Igual que ocurrió durante la noche electoral, cuando la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció los resultados y desgajó el obtenido por la coalición Compromís-Podemos-És el Moment en la Comunitat Valenciana del logrado por la formación de Pablo Iglesias, la Casa Real también recurre a esa fórmula y llama por separado al candidato de Compromís-Podemos-És el Moment, Joan Baldoví y al de Podemos, Pablo Iglesias.

Lo que resulta paradójico es que la misma Mesa del Congreso que rechaza que Compromís-Podemos tenga grupo parlamentario pese a sumar más de cinco diputados „tiene nueve„ y superar el 15% del voto en las circunscripciones valencianas, sea el órgano que ha elaborado la lista sobre la que la Casa del Rey ha fijado las horas de audiencia. Baldoví acudirá el jueves a las 10 e Iglesias 24 horas después.

Pero, podría darse el caso, apuntan en Compromís, que el Rey reciba el jueves a Baldoví como diputado del grupo Mixto, ya que el plazo para formar grupos parlamentarios acaba el martes, lo que consideran un sinsentido, igual que la decisión de la Mesa de dejarles sin grupo. Tanto en Compromís como en Podemos aseguran que es una decisión política, mientras la Mesa sostiene que aplica el Reglamento que impide a dos partidos que no se han enfrentado en las elecciones formar grupos separados.

Con todo, lo que hace el Jefe del Estado es recibir a los líderes de los partidos o coaliciones que concurrieron a las elecciones, no a los grupos parlamentarios, puesto que éstos tardarán aún varios días en constituirse.

Alianza de las tres confluencias

Mientras, los partidos mayoritarios, que controlan la Mesa del Congreso, también descartan una de las opciones que contemplaba Compromís, la formación de un grupo parlamentario de las tres formaciones que concurrieron con Podemos: Compromís, En Comú y En Marea. Las tres superan el 15% del voto en sus territorios, aunque está posibilidad parece inviable. La otra opción es una alianza de los cuatro diputados de Compromís con los dos de Izquierda Unida. De esa posibilidad, Baldoví y Alberto Garzón ya hablaron el miércoles en el Congreso tras la constitución del nuevo Parlamento. Sin embargo, en Compromís consideraban más coherente unirse a las confluencias de Podemos que a IU.

Juntas en el Senado

El martes, la formación que lidera Pablo Iglesias presentará en el Congreso la propuesta para crear cuatro grupos parlamentarios. Si la Mesa la rechaza, las formaciones coaligadas con Podemos tienen tres días para presentar otra alternativa.

Según informó ayer la agencia Efe, también está abierta la posibilidad de plantear la formación de subgrupos autonómicos dentro del matriz de Podemos o, en la línea de lo que han hecho en el Senado, donde la lista de Iglesias configura un grupo y las marcas territoriales otro conjunto.

Mientras, el vicepresidente segundo del Senado y ex presidentde del Consell, Joan Lerma, dijo ayer que se trata «de cumplir la legalidad y la legalidad en el Congreso deja claramente marcado que no se pueden constituir cuatro grupos parlamentarios del mismo partido», defendió.

El PP ataca a Puig por el escaño que cede el PSOE a ERC

La coordinadora general del PP de la Comunitat Valenciana, Eva Ortiz, denunció ayer que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, «prefiere vender un escaño de Castellón en el Senado a ERC antes que pactar por la estabilidad y la gobernabilidad de la Comunitat» y añadió que prefiere la «radicalidad».

Mientras, el jefe del Consell, Ximo Puig, respondió ayer, preguntado en el homenaje a Manuel Broseta, que esa situación «pone en evidencia la necesidad urgente de una reforma del reglamento del Senado y el Congreso y añade que lo sucedido en la Cámara Alta «ha pasado tradicionalmente, aunque no deja de ser una situación anómala», añadió.