El director general de Transportes de la Conselleria de Infraestructuras y vicepresidente del consejo de administración de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), Vicente Dómine, entre 1996 y 2015, ha señalado este jueves que con una baliza adicional "habría aumentado la probabilidad de que no se hubiera producido el accidente" de metro del 3 de julio de 2006 en el que fallecieron 43 personas y otras 47 resultaron heridas, aunque "no sabemos si hubiese sido la solución que hubiera evitado cualquier tipo de accidente".

En su comparecencia ante la comisión de investigación del accidente, ha eludido además cualquier responsabilidad sobre el día a día en FGV y cuestiones técnicas sobre seguridad ferroviaria u operación del transporte público. Dómine se limitaba a sustituir al presidente del consejo de administración (durante años el conseller José Ramón García Antón, ya fallecido) y a tratar cuestiones de tarifas y creación de nuevas líneas con los responsables de FGV. Nada más.

"Ni política, ni administrativamente, ni técnicamente la gerente Marisa Gracia dependía de mí", acaba de explicar Dómine en la segunda sesión de la comisión de investigación del accidente del metro que ha comenzado a las 10.30 horas en las Corts.

El director general de Transportes durante casi veinte años también ha negado que tuviera conocimiento de la contratación de la consultora H&M Sanchis para preparar las anteriores comparecencias. «Me enteré por la prensa de esas reuniones. Pero por mi forma de ser, no hubiera aceptado que nadie me dijera lo que tenía que decir en la comisión de investigación».

Dómine también ha confesado que en 2006 ni llegó a valorar dimitir tras el accidente, aunque preguntado sobre si se debería haber asumido alguna responsabilidad política o técnica tras el fallecimiento de 43 personas en la Línea 1 acaba de asegurar que "me guardaré mi opinión".

Durante su intervención, ha destacado que sus competencias en Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) eran "residuales" --a pesar de que también era vicepresidente de esta empresa pública--. "Las cuestiones relacionadas con este accidente son cuestiones esencialmente relacionadas con la explotación ferroviaria y con la función de FGV", ha destacado.

"No recibí indicaciones de lo que tenía que decir"

Ha explicado que el mismo día del siniestro "bastantes personas acudieron, imagino que con voluntad de echar una mano, y una de ellas era Sanchis. Estuve tres minutos hablando con él, al igual que con muchas otras personas". En cualquier caso, ha subrayado: "No recibí ninguna indicación del señor Sanchis ni de nadie sobre lo que tenía que decir o no tenía que decir" en la comisión de investigación que se llevó a cabo en las Corts en 2006.

Dómine, ingeniero de caminos y funcionario de la Administración del Estado, ha explicado que como director general de Transporte no tenía competencias relacionadas con la operación ferroviaria, sino que éstas dependían de FGV. No obstante, ha indicado que también era vicepresidente de esta empresa pública --cargo sobre el que ha dicho que no cobraba--, pero ha explicado que su labor era de "tercer orden", ya que su función en este caso se limitaba a sustituir al presidente cuando éste no podía acudir y "no tenía delegadas, desde el punto de vista administrativo o político, ninguna función en relación con FGV".

Sí ha asegurado que la Dirección General que encabezaba llevaba a cabo programas relacionados con competencias de construcción de infraestructuras y, en este sentido, ha destacado que se llevó a cabo "un ambicioso plan de supresión pasos a nivel" porque era el "gran problema" que tenía el conjunto de líneas que fueron transferidas por el Estado "en condiciones bastante lamentables". Así ha destacado que entre 1996 y 2006 se destinaron más de 70 millones de euros para suprimir más de la mitad de los pasos a nivel que existían en la Línea 1 de Metrovalencia.

Sistema de frenado

También ha explicado que un mes y medio antes del accidente de metro se presentó un plan de mejora integral que, entre otras cosas, contemplaba la sustitución del sistema de frenado FAP --sistema de seguridad que existía en la Línea 1 en el momento del siniestro-- por uno nuevo, ATP. No obstante, ha defendido que el sistema FAP era "el más común" desde los años 60 y 70 y estaba "muy acreditado" por su uso en toda España.

Posteriormente, ha explicado que a mediados de noviembre se produjo en Francia un accidente ferroviario "gravísimo", en el que fallecieron once personas, y ha indicado que tenía sistema RTMS que es "mucho más evolucionado con el FAP y el ATP". Por tanto, "desgraciadamente es muy difícil que nadie puede hablar de un sistema de seguridad totalmente seguro", ha manifestado.

Asimismo, ha destacado que en su trabajo en la gestión pública los temas de seguridad vial le han "preocupado muchísimo" y que este asunto ha sido "un vector fundamental de mi trabajo".

Dómine ha recordado que un familiar suyo fue arrollado en un paso a nivel a mediados de los años 70 y, por tanto, ha asegurado que conoce "la gravedad que esto supone para la familia y el entorno y las preguntas que todos nos hacemos".