El escenario que se vislumbra en España si fructifica un acuerdo entre Podemos y PSOE tendría consecuencias inmediatas para la política valenciana. La más evidente es que Podemos, socio externo del Consell, saldría reforzado. Tanto si exige entrar en el Consell cómo si no, el partido que lidera en Valencia Antonio Montiel ganaría peso en el tripartito.

Fuentes del Ejecutivo valenciano dan por hecho que Montiel apretará las tuercas a Compromís y PSPV cuando se revise el Pacto del Botànic y exigirá cambios en las políticas y en la estructura de la Administración de la Generalitat. El área económica y social están en el punto de mira de los podemistas, pero también la creación de la Agencia Anticorrupción, una exigencia de Podemos que sigue pendiente.

También cambia el panorama para los populares valencianos, quienes ayer prefirieron guardar silencio en espera de que Génova perfile el argumentario. El anuncio de Rajoy de renunciar a presentar su candidatura dejó ayer la organización que lidera Isabel Bonig descolocada, si bien la salida del PP de la Moncloa empuja a los populares a cambiar de estrategia. Es una vuelta a las trincheras, como ocurrió en 2004 cuando Zapatero llegó a la presidencia del Gobierno. El discurso del agravio está servido, si bien el PP ahora ya no está en la Generalitat y tiene más difícil hacer llegar su mensaje. Además, con el PP en la oposición, se abre un proceso interno complicado. Los populares tendrán que renovar sus órganos de dirección y, una vez abierto este proceso, desencadenará cambios en las organizaciones regionales. Bonig tenía con Rajoy el camino allanado para atar en un congreso la presidencia. Sin Rajoy, los críticos tendrán más margen.

Los líderes de PPCV, Ciudadanos y Podemos evitaron ayer declaraciones y se remitieron a las de sus responsables.