La exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, parece tener sus horas contadas como política activa en el Partido Popular tras toda una vida al servicio de esta siglas. La dirección nacional del PP y la cúpula regional intensificó ayer las presiones sobre la todavía senadora territorial para que dé un paso atrás y deje el escaño. La imputación de todo su equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de Valencia por presunta financiación irregular y las pesquisas judiciales que afectan directamente a su familia y a su núcleo duro ha puesto a Barberá en una situación de extrema debilidad hasta el punto de que nadie, ni en Madrid, ni en la Comunitat Valenciana, la respalda.

A última hora de la tarde y, después de que una sucesión de cargos nacionales, incluido el propio Rajoy, le exigieran que diera explicaciones, la exalcaldesa envió un comunicado a los medios, firmado por ella misma, en el que defiende su inocencia y se desmarca del caso Imelsa. Así, asegura que durante todo el tiempo que lleva en el partido ha atendido las peticiones de donaciones que le han hecho «siempre desde la legalidad, con mi propio patrimonio y con total transparencia».

La exalcaldesa alude al secreto de sumario y asegura que las «informaciones que conocemos son meras filtraciones sobre las que no debo opinar ni comentar; y nada ha cambiado desde mi comparecencia en una emisora de radio el pasado jueves». «Ante los juicios paralelos y condenas mediáticas pido mesura, profesionalidad, respeto al Estado de Derecho, a la acción de la justicia, a la presunción de inocencia y acatamiento a la resolución judicial sobre el secreto de sumarial», añade.

«Si, como al parecer informativo, se mezcla el llamado caso Imelsa con el grupo municipal popular de Valencia, afirmo, desde mi conocimiento, que nada tiene que ver entre ambos», indica tratando de desvincular una caso del otro. Respecto a su gestión en el Ayuntamiento de Valencia niega que se «haya amañado, ni habido ninguna mordida, ni desvío a financiación ilegal». Así, ha añadido: «Las adjudicaciones del Ayuntamiento de Valencia, durante los 24 años que fui alcaldesa, no se han puesto en duda», si bien precisa que las decidía una Mesa de Contratación. «Y ni se debe ni se puede dudar de los funcionarios», asegura.

Barberá, que no habla en su comunicado de su futuro político, apela «a la responsabilidad de políticos de otras formaciones que con extremo oportunismo hacen ampulosas declaraciones con el riesgo de poner de manifiesto gruesas ilegalidades de sus propios partidos, condenados, en proceso de investigación o en ciernes sobre su presunta financiación ilegal».

También insta a no confundir «prudencia y sosiego con atrincheramiento o desaparición». El comunicado concluye admitiendo que está sufriendo y asegurando su lealtad a los ciudadanos, al Partido Popular y a su presidente Mariano Rajoy.

Está por ver si el comunicado de Barberá será suficiente para Génova y el PPCV que ayer pusieron en marcha ayer su maquinaria de presión hacia Barberá. A lo largo del día, destacadas figuras de PP que Barberá se ha convertido en un problema para la marcha. El primero en disparar fue el secretario de organización, Fernando Martínez Maillo, el pasado lunes al pedir a Barberá que saliera a la palestra a dar explicaciones.

Ayer, se dio un paso más allá. Con Maillo, Celia Villalobos, Cristina Cifuentes, Rafael Hernando y la propia Bonig, se sumaron a las voces críticas con el silencio de Barberá. Según diversas fuentes, Génova tenía intención de hablar con Barberá y pedirle que dejara el acta. El propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy evitó ayer defender a Barberá al ser preguntado en la rueda de prensa posterior a su entrevista con el Rey: «La situación de Barberá es la misma que la de cualquier militante», indicó el líder nacional del PP tras afirmar que el PPCV irá tomando medidas «a la vista de la situación judicial de cada uno de los investigados.