La Operación Taula ha impactado como un mísil en la línea de flotación del PP de Xàtiva. La detención del hombre que durante 20 años lideró el partido con mano de hierro, aquel que gustaba de equipararse con el Cid Campeador, ha dinamitado la estrategia de los populares, que en los últimos meses han seguido defendiendo a ultranza la gestión de Alfonso Rus en el ayuntamiento. La agrupación ha eludido hasta el momento pronunciarse sobre los problemas del exdirigente con la justicia. En un comunicado emitido un día después de la macrorredada de la UCO que hace una semana puso patas arriba Xàtiva, la gestora local apostó por un mensaje de continuidad y se remitió a lo expresado con anterioridad por el PPCV en una nota en la que el partido anunciaba la expulsión inmediata de los implicados en el caso. En el mismo escrito, la agrupación local del PP incluso sacó pecho de haber incrementado el porcentaje de votos en las últimas elecciones generales respecto de las municipales para llegar a una conclusión que despertó la hilaridad de numerosos usuarios en las redes sociales: «vamos por el buen camino». Esta tibieza contrasta con la contundencia exigida por el colectivo de Nuevas Generaciones de Xàtiva, también dirigido por una junta gestora. Los jóvenes del PP condenaron «los actos de todas aquellas personas que quieren aprovecharse de la política par su beneficio personal», mostraron su «tristeza» al comprobar cómo Xàtiva se veía «salpicada por la corrupción» y pidieron mano dura.

En la campaña del 24M, los cinco concejales que actualmente integran el grupo popular en el ayuntamiento cerraron filas y se volcaron con la candidatura de Alfonso Rus a pesar de que el dirigente ya había sido apartado del partido. Desobedecieron así las instrucciones de la dirección provincial, partidaria de que el barón renunciara a la alcaldía. La formación sufrió una apabullante derrota y, tras los comicios, una gestora presidida por Marcos Sanchis „crecido como concejal a las órdenes de Rus„ tomó las riendas.