El Consell se ha lanzado abiertamente a la puesta en marcha de una amplia reforma del sistema tributario valenciano. Será una modificación profunda, según el conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, que va a suponer una auténtica refundación de la relación de los valencianos con la hacienda autonómica. El conseller ya ha reunido una comisión de expertos para abordar la reforma, que tiene como prioridad la lucha contra el fraude fiscal y más contundencia contra los defraudadores, además de repensar la política tributaria tanto en lo que afecta a impuestos propios como a los cedidos.

El Ejecutivo se ha encontrado con que la imagen de corrupción y despilfarro que proyecta la Comunitat Valenciana le pasa factura cuando acude a Madrid a reclamar lo que considera justo. Incluso el ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro, se lo ha reprochado a la cara al propio Soler en algún encuentro. Un lastre difícil de rebatir. De ahí, que la reforma tributaria tenga en el fraude fiscal uno de los grandes caballos de batalla.

El Consell quiere presentarse en Madrid en el nuevo escenario de un posible Gobierno socialista con los deberes hechos para que nadie pueda reprocharle un uso inadecuado del dinero. Por eso aspira a hacer valer que la valenciana es una de las autonomías con más presión fiscal que la media y a poner en vereda a los defraudadores para allanar el camino a la negociación del futuro modelo de financiación.

Paralelamente, el Consell empieza a sumar aliados a la causa del nuevo modelo. Ya tiene uno, el Govern de les Illes Balears, donde gobierna el PSOE con el apoyo de Més per Mallorca, una coalición de izquierdas. Ayer, su consellera, Catalina Cladera, se reunió en Valencia con Soler y su equipo para avanzar en una cuestión capital, el cambio del sistema de reparto del dinero, dado que el actual resulta inasumible para ambos ejecutivos. Al siguiente encuentro, previsto el próximo lunes en Palma, ya acudirán los presidentes de ambas autonomías, Ximo Puig y Francina Armengol.

Ambos, Soler y Cladera, se han reunido en Ferraz con el posible futuro presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para trasladar el problema que afecta a ambas comunidades. Las alianzas tienen como objetivo el cambio «inmediato» del modelo que perjudica especialmente al arco mediterráneo: Comunitat Valenciana, Baleares, Cataluña y Murcia, autonomías a las que quieren sumar a la reclamación de un nuevo modelo de financiación que acabe con el «statu quo» actual. Una situación que mantiene el «perverso» fondo de suficiencia global, que penaliza a los valencianos y que obligará a devolver durante 2016 un total de 1.329 millones al Estado como ayer avanzó Levante-EMV. Contra ese fondo se dirige el recurso de inconstitucionalidad que el Consell presentó la pasada semana en Madrid. El Consell considera que las alianzas serán claves en la futura negociación por lo que se han empezado a tender puentes con Murcia, donde gobierna el PP, y el conseller Soler está dispuesto a intentarlo con Cataluña, aunque la situación política y la deriva independentista pueden suponer un freno. También se busca la alianza con Andalucía.

Puig tiende puentes con Murcia

Mientras, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se reunió ayer con el presidente de la Región de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, durante la visita de ambos a la feria de Munich, donde exponen numerosas empresa agrícolas de ambas regiones. Durante el encuentro abordaron la cuestión de la financiación. No se habían podido encontrar antes porque Génova frenó al murciano para que abordara con sus vecinos la cuestión de la financiación. El Consell busca sumar a Murcia al frente contra el actual modelo pata evidenciar que no es una cuestión de partido, ya que lo defienden autonomías del PP.