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El cierre de una clínica dental en Valencia deja a cien pacientes con los tratamientos a medias

La mayoría había pedido créditos con la financiera a los que tendrán que seguir haciendo frente

El cierre de una clínica dental en Valencia deja a cien pacientes con los tratamientos a medias

La historia se repite. Si hace una semana era una cadena de clínicas dentales de Madrid las que dejaban en la calle a sus pacientes con acuerdos de financiación firmados, ahora ha vuelto a suceder en Valencia. La clínica Vegamar, situada en la calle Callosa d'En Sarrià, echó el cierre la semana pasada sin dar explicaciones a los clientes que tienen tratamientos en marcha. Solo un cartel en la persiana alerta de que el negocio ha tenido que cerrar «por avería técnica».

En esta situación podrían haber quedado cerca de un centenar de personas, la mayoría con ortodoncias aunque también con casos de prótesis e implantes y con créditos solicitados a la financiera de la clínica, a los que, en principio, deben seguir haciendo frente. Las cifras concretas todavía se desconocen aunque ya se han presentado las primeras denuncias por lo sucedido y el Colegio de Odontólogos de Valencia ha recibido las quejas de, al menos, una decena de afectados.

Faustino es uno de ellos. Con 67 años, este vecino firmó el pasado septiembre un contrato para financiar más de 5.600 euros, el presupuesto estimado para realizarle cinco implantes en esta clínica. «Es la que me quedaba más cerca de casa y en septiembre aún se llamaba Noudent», explicó ayer Faustino que ha formalizado ya una denuncia ante la policía y ha reclamado a la financiera que anule los cobros ya que él no está recibiendo el tratamiento médico para el que los suscribió.

Sin poder comer

De hecho, el cierre del negocio le ha dejado a mitad de su tratamiento de implantología, con los tornillos puestos pero sin las coronas, lo que le dificulta enormemente el comer. «En principio me lo tengo que hacer y tendré que pagar por ello en otro clínica», aseguró ayer. Él firmó en septiembre el presupuesto y, ese mismo mes, le iniciaron la cirugía.

«Tenía cita para el 28 de enero ponerme las coronas pero me llamaron el día de antes para decirme que ya me llamarían», explicó ayer. Alertados por lo sucedido en Madrid, se acercaron a la clínica para comprobar que ya estaba cerrada y que el propietario les daba explicaciones «vagas». «Me llegó a decir que a él le habían estafado y cuando fui a hablar con la gente de Noudent me explicaron que le obligaron a cambiar el nombre porque no pagaba», aseguró ayer.

Al menos, según dice, recuperó su historial clínico y «tendré que volver a empezar». Faustino tiene la esperanza de que el escrito que ha presentado ante la financiera sea atendido y pueda librarse, al menos, de la parte de la deuda que le queda para poder asumir otros pagos.

Tanto la denuncia como el escrito a la empresa los hizo por recomendación del colegio de odontólogos que ayer confirmaron que el propietario de la clínica era «ajeno al sector» y que incluso, había dejado a deber mensualidades a los odontólogos contratados «al menos dos, razón por la que ya han tomado acciones jurídicas». Su presidente Enrique Llobell recordó que este caso no era el primero que se daba en la provincia «Todos coincidieron en que los pacientes firmaron las financiaciones que fueron cobradas rápidamente», aseguró.

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