El dueño de la contratista de extinción aérea de incendios no ahorraba en detalles a la hora de agasajar a quienes como Serafín Castellano tenían en su mano la adjudicación de contratos millonarios. Más de 45 millones en concesiones para Avialsa fueron firmadas antes de dejar Gobernación para convertirse en delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana.

Avialsa, a través de la Fundación Medioambiental Huerta, pagó todas las cacerías a las que acudían regularmente Castellano y Taroncher entre otros, como adelantó este diario el 4 de agosto de 2013 y ha venido contando desde entonces. Durante esas jornadas cinegéticas, Vicente Huerta y el entonces conseller de Gobernación acordaban subir precios, renovar contratos o que no se penalizara a la contratista pese a saltarse las condiciones del pliego en la adjudicación de más de 11 millones en la que no se aportaron los aviones preceptivos.

Además de costear las cacerías de perdices, patos, ciervos, venados o muflones, Huerta obsequiaba a los presentes corriendo con todos los gastos complementarios, además de con la estancia y manutención en Paradores. En el capítulo de regalos, Huerta repartió escopetas y rifles gratis. El que regaló al exconseller, un browning semiautomático de 1.861 euros, le fue entregado durante una comida en un reservado del restaurante El Canyar, en el centro de Valencia. Además de los coches que entregó al exjefe de Aviación Civil Salvador Alepuz, un Wolkswagen Golf, mientras que al exdirector general Pedro Hidalgo le correspondió un Touareg, que utilizaba su hijo.

Y también un Jeep a Máñez

El exteniente de alcalde de Quartell Emilio Máñez —a él y a su hijo le regalaron cinco rifles y escopetas— fue agasajado con un todoterreno Jeep. Máñez era el hombre encargado de todas las compras de la munición en la armería Peñas Sports de Sagunt, material camuflado en facturas de ropa deportiva y de montaña acorde con la actividad de Avialsa y de la Fundación Medioambiental Huerta.

En Navidad, Vicente Huerta se mostraba especialmente generoso. Repartía baúles de 3.000 euros con jamones 5J y bebidas selectas. Hasta el punto de que llegó a gastarse casi 55.000 euros en alimentos y alcohol como presentes navideños para sus selectas relaciones, según el sumario de la causa.

Giménez Joyeros tenía entre sus clientes al empresario de Sagunt dueño de Avialsa. Regalar relojes era una práctica habitual. El exconseller Castellano fue uno de los receptores de relojes, según la investigación, que detectó una compra de 80.000 euros en la joyería valenciana. Era el lujoso establecimiento también frecuentado por Álvaro Pérez «El Bigotes» y Francisco Correa para sorprender a los políticos que otorgaban contratos a la trama Gürtel, entre ellos los de la Generalitat.