El año pasado solo preocupaba su dolorosa picadura. Este verano, sin embargo, al mosquito tigre se le va a temer por algo más que por agriar las puestas de sol. La alarma generada por la aparición y la expansión del virus zika en Iberoamérica y su más que probable relación con los casos de microcefalia en recién nacidos han puesto en el punto de mira a los mosquitos del género «Aedes», responsables de ser transmisores de ésta y otras enfermedades tropicales como el dengue o el chikunguña.
Entre ellos está el mosquito tigre o «Aedes Albopictus» que el año pasado ya estaba presente en el 20 % de la Comunitat Valenciana: todo el arco costero que, pese a incluir pocos municipios y menos superficie, sí concentra a 56,22 % de los más de 5 millones de valencianos. Son más de 2,8 millones de personas potencialmente en riesgo de ser contagiadas por el virus zika, con el que nunca han estado en contacto.
Las quejas que la presencia del mosquito generó el año pasado forzaron a la administración a actuar y, este año, ya están en marcha varias medidas para intentar controlarlo una vez llegue el calor. Su conexión con la enfermedad del zika no viene sino a reforzar la necesidad de controlar su población.
Eso es al menos lo que esperan los investigadores de la Universitat de València que llevan siguiéndole la pista desde su aparición en la Comunitat en 2009, criando en los imbornales y cementerios de Torrevieja. «Espero que ayude a concienciar, hasta ahora nuestro mosquito era la picadura y nada más. Ahora, me puede provocar una enfermedad con graves consecuencias en embarazadas». El catedrático de Entomología de la UV e integrante del grupo de vectores de la Generalitat, Ricardo Jiménez Peydró, tiene claro que hay que actuar desde arriba, pero también desde abajo, informando a los vecinos.
«No hay que llegar a extremismos. No es fácil contagiarse pero hay que ser conscientes de lo que pasa: cuando este verano te lleves al chalé la planta que no te va a aguantar los tres meses sin regar, seguro que te estás llevando algún huevo pegado y no nos damos cuenta y así sigue la dispersión». Desde ese año 2009 en que primero se registró su presencia, la expansión ha sido imparable: ya ha llegado a 71 municipios.
Concienciación en colegios
Desde el grupo de vectores se quiere poner en marcha una campaña de educación infantil para empezar desde abajo «y que cale el mensaje de no dejar recipientes con agua estancada». Junto a ello se sigue trabajando para mantener las poblaciones de larvas lo más controladas posibles. Además, la Comunitat ha desarrollado ya un protocolo de detección y actuación en caso de este tipo de contagios «que funciona», añade Jiménez.
La probabilidad de que haya contagios en territorio valenciano de persona a persona es realmente baja según los expertos. El Ministerio de Sanidad espera registrar cerca de doscientos casos tras la aparición del virus aunque, en principio, todos importados, es decir, de personas que hayan viajado a países donde se ha declarado la presencia de la enfermedad y la desarrollen ya en territorio nacional. Murcia, Cataluña o Madrid son algunas de las regiones que ya han detectado casos y es solo cuestión de tiempo que alguno se dé en la Comunitat Valenciana.
Los expertos dicen que todo está preparado pero piden la implicación y la colaboración de todos para, sino erradicar la presencia del mosquito tigre, tenerlo bajo control.
