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Denuncia

Cientos de valencianos pierden sus ahorros en la compra de árboles

Cerca de 3.000 afectados en toda España confiaron en una inversión «ecológica» que ofrecía plantar nogales y castaños para vender su madera posteriormente - Han quedado atrapados cerca de 20 millones

Cientos de valencianos pierden sus ahorros en la compra de árboles

Corrían los primeros años de este siglo. Unos 3.000 inversores en España, centenares en la Comunitat Valenciana, confiaron en Maderas Nobles de la Sierra del Segura (MNSS) para rentabilizar sus ahorros comprando árboles en lugar de sellos o pisos en primera línea de costa. Era una alternativa inversionista alejada de burbujas y pelotazos, a priori sencilla, lógica y responsable social y medioambientalmente. Ahora, más de una década después, solo quedan tierras desérticas abandonadas y árboles muertos. Se calcula que han quedado atrapados unos 20 millones de euros.

En concreto, la empresa se dedicaba a «plantar árboles de bosque autóctono mediterráneo para producir madera de alto valor con criterios ecológicos», según reza todavía hoy su aparentemente inerte página web. Esos plantones se situaban mayoritariamente en Riópar y Alcaraz (Albacete), aunque también había algunos en Galicia. A los inversores se les ofrecía distintos lotes de árboles (nogales y castaños, principalmente) cuyo cuidado y mantenimiento dependía de la empresa, que alrededor de 20 años después los talaba, vendía la madera, y replantaba otros.

Los árboles debían aportar una plusvalía anual de entre el 7 % y el 8 %, aunque en algunos casos se prometía al 12 %. Sin embargo, las cosas comenzaron a ir mal, allá por 2008. «El dinero que el propietario Juan Valero iba captando lo invertía en continuar buscando clientes, en vez de en gestionar y mantener los plantones», cuenta a Levante-EMV Juan Miguel Ponce, uno de los afectados valencianos. La empresa comunicó a los clientes que tenía «falta de liquidez» en 2013. Algunos de ellos quisieron entonces vender sus lotes, pero era demasiado tarde. Así, miles de inversores quedaron atrapados.

La empresa se encuentra actualmente en concurso de acreedores. Acumula créditos impagados de 1,4 millones de euros y embargos de Hacienda, la Tesorería General de la Seguridad Social y varias entidades financieras por un importe similar.

En la ola de «lo ecológico

Maderas Nobles era una iniciativa empresarial ecológica y sostenible cuyos clientes no eran solo particulares y pequeños inversores que habían depositado allí sus ahorros de toda una vida, convencidos por sus asesores, gestores de confianza o algún familiar, sino también bancas éticas o marcas de automóviles que vieron en la firma una buena oportunidad para cumplir con su responsabilidad social y reducir emisiones de CO2.

Bajo el manto de lo ecológico y sostenible, la empresa logró captar, a través de comerciales, miles de inversores sensibles con el tema medioambiental. Era el auge de la concienciación por el cambio climático. Incluso el exvicepresidente estadounidense y Premio Nobel de la Paz Al Gore asistió al I Encuentro Internacional de Amigos de los Árboles, un evento convocado por Maderas Nobles que contó con la presencia también de la física, ecofeminista y escritora india Vandana Shiva, la entonces ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona y el entonces líder de Greenpeace en España, Juantxo López de Uralde.

«Todo parecía perfectamente lógico, sólido y organizado. No eran acciones o cosas que no podías ver, sino árboles que estaban en Albacete. Le vi sentido, me pareció algo original y relevante», cuenta Ponce. En su caso invirtió cerca de 3.000 euros que da ya por perdidos. «Tenían incluso vídeos explicativos y te contaban toda la serie de garantías que tenían las plantaciones, como balsas contra la sequía o sistemas antiincendio», relata Ponce.

Árboles muertos

Las sospechas comenzaron a despertarse sobre 2008, tras la visita de algunos de los clientes a las tierras albaceteñas. Allí se encontraron con terrenos prácticamente abandonados, árboles muertos y ningún trabajador. Juan Valero, responsable de Maderas Nobles, no remitió hasta 2013 un comunicado en el que explicaba que se habían «sumado dos hechos, ambos de importancia», que les impedían seguir desarrollando el proyecto. «Por un lado, un desequilibrio entre el activo circulante y el pasivo corriente que nos han dejado sin liquidez, y por otro, determinados imprevistos en la producción».

«A mí me explicaron que había habido una helada y los árboles no habían sobrevivido, aunque se suponía que había un sistema antiheladas que funcionaba hasta temperaturas de -15º C. Se ve que aquel año hizo -18º C», comenta con desconfianza Ponce.

Ahora, un grupo de afectados se ha constituido en asociación y a través de los abogados del Colectivo Ronda se plantean presentar querellas para exigir que se investigue la existencia de posibles delitos societarios y confusión patrimonial entre Maderas Nobles de la Sierra del Segura y Maderas Nobles de la Sierra de Alcaraz, una segunda empresa propiedad del fundador de la anterior, Juan Valero.

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