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El reto del PPCV

Profesionales sin pasado para el 'avispero' del PP en el cap i casal

Génova cofiaba en bendecir la cita sin ediles imputados

Profesionales sin pasado para el 'avispero' del PP en el cap i casal

Jóvenes (de entre 30 y 40 años), profesionales y, sobre todo, sin pasado reseñable. Este es el perfil que los populares valencianos barajan para la gestora que mañana viernes sancionará la junta directiva regional para el cap i casal, una decisión que contará con la bendición de Génova, y que certifica el fin de una etapa de más de veinte años. Dos décadas en las que Valencia ciudad fue coto cerrado de la exalcaldesa Rita Barberá: siete distritos y dos pedanías controladas por el núcleo duro de la hoy senadora territorial en los que ni el otrora todopoderoso Eduardo Zaplana pudo dominar. El huracán de la corrupción arrasó la dirección del partido y ha puesto en la picota a Rita Barberá, quien probablemente asistirá desde su casa a cómo su imperio se finiquita oficialmente.

Con todo, la presidenta del PPCV, Isbel Bonig, cuya relación con Barberá ha saltado por los aires, no tendrá fácil poner orden en lo que hoy es una auténtico avispero. El primer paso es la constitución de la gestora. Bonig guarda un escrupuloso silencio sobre la persona elegida para presidir la dirección provisional.

Con todo, en el partido se asegura que el mejor situado es el exconseller de Gobernación, Luis Santamaría, quien se ha ganado la confianza de la presidenta regional. Santamaría no tiene perfil de fontanero ni se conoce al dedillo los entresijos de los distritos, pero no es un desconocido, por lo que puede tener cierto predicamento en las bases. Cabe apuntar que quien ostente la presidencia de la gestora no será finalmente el mirlo blanco que el PPCV necesitará como revulsivo de la ciudad en 2019.

El PPCV está convencido de que se adelantará el congreso regional y, en cascada, se renovarán las direcciones provinciales y locales. Será el momento de lanzar al candidato o candidata que pueda enganchar al electorado que las pasadas autonómicas huyó del cap i casal.

Salvo sorpresas de última hora la idea es que el resto del equipo lo conformen militantes de base desconocidos, pero bregados en los distritos. Algunos de los nombres de los elegidos han empezado ya a circular. De hecho, Bonig solicitó un listado de cuatro personas a los presidentes de los distritos y la respuesta la tiene ya encima de la mesa. Le falta escoger entre todos ya que, según ella misma indicó descarta una gestora de 40 personas.

Sin embargo, la renovación encierra un lado oscuro consecuencia de los años en los que los distritos vivían adormecidos bajo el control de Barberá. Durante años, eran los concejales de Barberá quienes dirigían los distritos y pedanías y en la última etapa sus asesores. Hoy todos los concejales y asesores están investigados en la pieza desgajada sobre presunta financiación irregular. La mitad de los distritos están presididos por asesores 'contaminados' por la operación Taula. Pero es a ellos a quienes se les ha solicitado los nombres de la gestora. Fuentes conocedoras del proceso apuntan que se ha tenido la precaución de no ofrecerce quienes están de una mera u otra machanchados.

Conflicto en el grupo

El conflicto en el Ayuntamiento de Valencia es otro de los elementos claves para entender el escenario político que se abre en el cap i casal. Si, como finalmente se ha pactado, los concejales acaban dejando el acta en bloque, la lista correrá y accederán al grupo los que iban en la cola. Algunos de las personas que se propondrán para la gestora están en esa lista. En el mejor de los casos, se lograría una gestora con canal directo de comunicación con el grupo municipal. Pero para ello, debe correr la lista.

En todo caso, la situación es endiablada. Aunque es cierto que la investigación por la financiación irregular de todo el equipo de Rita Barberá ha removido los cimientos del cap i casal, la armonía no era la tónica que se vivía en la ciudad. Había ya distritos rebeldes con el presidente suspendido Alfonso Novo, como los de Patraix, que preside Adriana Hernández y el Abastos, controlado por Mercedes Moreno, hija de la histórica del PP, Lucía Esteban, conocida como Luchy con lealtad a Francisco Camps a prueba de bomba. Tanto Hernández como Moreno están en la lista que Bonig tiene encima de la mesa.

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