Desde la óptica conceptual y estadística, el turismo es cualquier actividad realizada por las personas en localidades distintas a las de su residencia habitual durante al menos 24 horas, que incluyen una pernoctación y por cualquier motivo distinto al desempeño de una ocupación en la localidad visitada. Así pues, el recurso clave para poder recibir turistas y captar además gasto procedente de otros territorios es la oferta de alojamiento, esto es, la puesta a disposición de habitaciones para los visitantes.

La oferta de alojamiento como actividad mercantil y productiva está reglada y existe ya hace décadas una tipología bien definida en los mercados. El sector hotelero oferta habitaciones, instalaciones y alimentación y su continuidad en el mercado depende de satisfacer a los innumerables turistas que demandan estancias a lo largo del tiempo, con lo que tiende racionalmente a ocuparse de la calidad del territorio y la localidad en la que se localizan los atractivos turísticos que llenan sus habitaciones.

El sector inmobiliario ofrece viviendas secundarias con una tipología algo distinta a la de las viviendas principales pero, tras la venta de su vivienda, puede razonablemente obviar lo que suceda con la calidad del territorio y la localidad. Sólo en el caso de que la actividad inmobiliaria incluya una importante proporción de vivienda en alquiler hay incentivos a prestar atención a la evolución de la calidad turística territorial. En la provincia de Valencia, la tipología de alojamiento turístico hotelero o residencial ha de ser vista como la expresión en cada territorio de los objetivos y logros del tejido empresarial interesado en ofertar habitación.

Por la cantidad y calidad de servicios, los hoteles encabezan la jerarquía, mientras que los hostales y pensiones son una oferta ya bastante residual. Las estrellas y la pertenencia o no a una gran empresa o cadena condicionan también las diferencias entre hoteles. Por otro lado, los albergues constituyen una solución muy básica apta para una demanda poco exigente y por lo general joven. Las casas rurales han sido protagonistas del mayor crecimiento relativo en los últimos años, como consecuencia de la creciente necesidad entre la población urbana de conectar de vez en cuando con la mayor tranquilidad y a menudo mayor calidad ambiental y paisajística de las áreas rurales. Finalmente, los apartamentos, con su perfil residencial mayoritariamente de alta densidad, tienden a concentrarse donde se localizan los atractivos de demanda masiva y más estandarizada.

Las comarcas litorales de la provincia de Valencia acogen la mayor parte de los hoteles y apartamentos gracias al atractivo de sus playas y al cada vez mayor peso del turismo urbano en Valencia. En el litoral, la Safor y la Ribera Baixa lideran la oferta de apartamentos, mientras que la ciudad de Valencia y sus comarcas adyacentes de l'Horta Sud y Nord son las que concentran la oferta hotelera.

En las comarcas interiores del resto de la provincia, la oferta está más diversificada y es muy inferior. A pesar de los esfuerzos de algunos territorios para dotarse de su propia oferta, la escasez relativa de recursos humanos y la accesibilidad mejorada en los últimos años a las localidades costeras y más urbanas, con atractivos y recursos muy superiores, dificultan la consolidación de un sector empresarial local. Las casas rurales son la tipología exclusiva de estas comarcas pero, salvo en los casos de la Vall d'Albaida y la Canal de Navarrés, no desempeñan aún una función motora con relevancia local.