El President de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, proclamó ayer el final de la guerra del agua y presentó un programa de actuaciones pendientes que podrían otorgar una relativa autosuficiencia hídrica a la Comunitat Valenciana condicionada por el mantenimiento del trasvase Tajo-Segura, la continuidad del actual estatus en el Júcar, la depuración y el incremento de los caudales servidos por la desaladora de Torrevieja.

Ximo Puig presidió ayer en Alicante la constitución de la Mesa Interdepartamental del Agua de la que forman parte la consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián, la titular de Vivienda y Vertebración del Territorio, María José Salvador, y el conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz.

El President manifestó que la mesa nace como un «foro estable» para coordinar la política hídrica de la Generalitat. Representa «el inicio de una nueva política en materia de agua para la Comunitat Valenciana» y es también, aseguró Puig, «una nueva manera de gestionarla, basada en el rigor, el diálogo y la búsqueda del ahorro que ponga fin a la guerra del agua».

«Este gobierno no va a buscar la confrontación ni las polémicas», subrayó.

No obstante, el presidente se mostró muy firme en la defensa del trasvase Tajo-Segura, una infraestructura que «hay que defender hasta el final» y dijo que se mantendrá vigilante para que se cumplan los acuerdos del «memorándum» que firmó al anterior gobierno autonómico del PP. al que responsabilizó „el entonces vicepresidente José Ciscar firmó el memorándum„ «de las actuales limitaciones en la llegada de agua a Alicante».

Plan de inversiones

El President dio a conocer un esquema de actuaciones, lo más parecido a un «plan hidrológico» valenciano, que permitiría acabar con los problemas generados por la sequía actual, de la que dijo que no debe entenderse «como una situación de excepcionalidad sino como un escenario que será cada vez más habitual».

En esta dirección, la Generalitat insistirá ante el Gobierno Central para que aumente la producción de la desaladora de Torrevieja y que sus instalaciones garanticen cualquier descenso en los aportes del trasvase Tajo-Segura, al que no renuncia.

El Consell quiere que aumente la producción de la desaladora de los 30 hectómetros cúbicos actuales a 60 y que se aproxime a los 120 para los que está diseñada, lo que a juicio del presidente lograría reducir también el coste del agua, 0,50 euros por metro cúbico frente a 0,30 del trasvase, cuando llega.

El President de la Generalitat pidió también al Gobierno la reparación del embalse de Villena y se comprometió a licitar en los próximos meses un paquete de actuaciones que incluye la distribución de las aguas del Júcar en el Vinalopó y diversas obras de reutilización de aguas residuales.

En estos momentos„dijeron fuentes de la Generalitat„ hay 200 hectómetros cúbicos de aguas depuradas que no se usan. Solo con las obras proyectadas en Alicante, Orgegia, Rincón de León, Elda y Pinedo se pueden recuperar 70 hm3.

En un comunicado, Presidencia aseguró que «con los 200 millones de euros que se gastó la anterior Generalitat del PP en la Fórmula 1, se habrían podido cumplir todas las inversiones hídricas «con lo que quedaría resuelto este grave problema».