El Bono Infantil, la ayuda a la escolarización de niños de 0 a 3 años en Centros de Educación Infantil (CEI) privados autorizados, dejará de ser universal el próximo curso 2016-17 para pasar a depender del nivel de renta de las familias. El conseller de Educación, Vicent Marzà, justifica esta «redifinición política» del bono con el argumento de buscar «un mayor impacto social de las ayudas con el fin de lograr de que más personas escolaricen a sus hijos menores de tres años, que es un tema clave para reducir las desigualdades de origen» que conducen al fracaso escolar.

De esta forma el Consell liquida la ayuda lineal que recibían todas los niños por igual, independientemente del nivel de renta de sus padres, que hace ocho cursos introdujo la anterior Generalitat del PP. No obstante el final del «café para todos» será limitado al fijar el umbral de corte para acceder al bono en unos ingresos anuales inferiores a los 72.460 euros por unidad familiar, sin tener en cuenta el número de miembros de la misma.

El 90 % mantendrá la ayuda

En esta línea el secretario autonómico de Educación, el socialista Miguel Soler, asegura que «el 90 % de las familias» de los 36.152 niños de 0 a 3 años beneficiarios del Bono Infantil este curso mantendrán la ayuda al estar por debajo del tope máximo de renta.

Es más, Soler, subraya que las nuevas ayudas progresivas «no restarán alumnado a los CEI, pues una familia que gana más de 72.460 euros al año no dejará de escolarizar a sus hijos al no recibir los 60 euros del actual bono lineal para niños de dos años».

Esta es la filosofía del tándem Compromís-PSPV al timón de la conselleria, según resume el conseller nacionalista, el «generar oportunidades para una igualdad real». Es decir, añade, que las familias con menos ingresos «que no se plantean escolarizar a sus hijos, puedan hacerlo al recibir una ayuda mayor».

En los niños de 2-3 años, donde según Marzà se quiere «incidir más», el bono va a pasar de los 60 euros mensuales (540 euros durante los 9 meses del curso) a una horquilla que está entre un mínimo de 80 euros y un máximo de 140. Esto supone un incremento del 33 % en el tramo inferior mientras que las familias con menos ingresos recibirán más del doble al elevarse la ayuda hasta un 133 %. Hay que tener en cuenta que más de la mitad, el 56 %, del alumnado de los 787 CEI privados acogidos al Bono Infantil está en el tramo de los 2-3 años.

Para la distribución del bono entre los alumnos beneficiarios si que se tendrá en cuenta el nivel de renta de la unidad familiar dividido por el número de miembros. Al estar limitada la ayuda a un tope máximo de 30 millones de euros, una partida que no ha variado en los últimos cuatro cursos, el reparto se hará por concurrencia competitiva.

O sea, que las familias con menos ingresos recibirán el máximo. El nivel de renta per cápita que marcará estar en la parte baja o alta dependerá del número de beneficiarios. Aún así, Marzà sostiene que «la mayoría de la población obtendrá una ayuda superior de la que recibe ahora».

Los niños de 1-2 años pasarán 90 euros lineales a entre 70 y 120 euros al mes. De este modo, el bono máximo sube un 33 % pero el mínimo cae un 22 %.

En el nivel inicial de 0-1 años el bono irá de 70 a 200 euros al mes frente a los actuales 151 euros. Por tanto, las rentas más altas recibirán menos de la mitad, al recortarse un 54 %. Por contra, para las familias con menos ingresos la bonificación subirá un 32 %.

Mucha demanda de aulas públicas

Respecto a las 35 aulas experimentales de escolarización de niños de dos años en colegios públicos, Marzà recalcó los resultados positivos que la evaluación continua que realizan del programa. Sin embargo, no desveló los planes para el próximo curso más allá de confirmar que han recibido «muchas solicitudes de nuevas unidades, no sólo de colegios sino también de ayuntamientos». El misterio, no obstante, no durará más allá de dos meses pues el conseller confirmó que la matrícula en estas aulas piloto coincidirá con el proceso de admisión del alumnado ordinario que arrancará a principios de mayo.

Marzà si que anunció que su departamento velará por que se «cumpla la legalidad al máximo para beneficiar a los CEI autorizados», en referencia a las guarderías que se anuncian como Escuelas Infantiles a pesar de que sólo disponen de una licencia municipal como ludoteca.