Con la Valencia política ardiendo antes de Fallas, la Valencia económica amodorrada tras el resacón de la crisis y la Valencia futbolera asomándose a la Segunda División, el presidente de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), Ramon Ferrer, se dirigió ayer a los diputados de las Corts „mirando con cierta irritación al diputado del PP Luis Santamaría, que había forzado su inédita comparecencia en el Parlamento„ y les espetó: «Aquí tienen mucho que hacer y mucho que ver. Por favor, si ya tenemos suficientes problemas, no creemos otros» con «una cosa tan sagrada como es nuestra lengua».

La imagen resume la primera comparecencia en las Corts que en quince años ha tenido un presidente de la Acadèmia Valenciana de la Llengua. Ramon Ferrer fue citado por el PP para explicar el dictamen institucional emitido en julio por la Acadèmia. En él recomienda el uso prioritario del valenciano en la enseñanza como lengua vehicular, la priorización del uso del valenciano en la Administración, y la apertura de una emisora de radio y una cadena de televisión. Nada de ello le pareció bien al exconseller Luis Santamaría. A su juicio, la AVL «se extralimitó en sus competencias», cometió «un error» que pone a la institución «en medio de la confrontación política» y en un terreno „la política lingüística„ que sólo compete a los gobernantes.

No se quedó ahí. El diputado del PP y secretario general del Grupo Popular en las Corts, que subrayó en más de una ocasión que no tiene «ni idea» de lengua, puso en entredicho que la AVL tenga «el monopolio de la elaboración de la normativa lingüística», como establece el artículo 6.8 del Estatut d'Autonomia, y preguntó al presidente de la Acadèmia: «¿Hay alguna otra manera de evitar ese monopolio? ¿No sería bueno que otras instituciones, en la fórmula en que se crea oportuno, pudieran participar en esa normativa lingüística?». Luego pareció recular, pero con ello cuestionó la esencia misma de la AVL constituida en 2001 a instancias del PP.

«¡Yo no entiendo nada!», fue una de las primeras cosas que dijo el presidente de la AVL en su turno de réplica. No entiende que el PP critique ahora desde la oposición a la AVL «después de quince años aprobándole todos los presupuestos» y participando los sucesivos consellers populares «en acciones de política lingüística y fomento del valenciano». ¿Es que Font de Mora, Lola Johnson y María José Català hicieron desviación de poder? Per l'amor de Déu, senyor Santamaría!», le espetó Ramon Ferrer al diputado popular tras recordarle que ya en 2003 y 2007 hizo la AVL una declaración similar de apoyo al fomento del valenciano.

El debate se enconó. En su primera intervención, Santamaría subrayó que la exigencia de tres quintos de las Corts para modificar la AVL era «una mayoría demasiado rígida» y que sería preferible «dotar de mayor flexibilidad» los cambios en la institución lingüística de la Generalitat. Ferrer respondió con contundencia a quien como conseller excluyó a la AVL del Observatorio de Señas de Identidad en el que sí estaba la Real Acadèmia de Cultura Valenciana. «Las tres quintas partes han salvado a la AVL. Si hubiera bastado mayoría absoluta, dijo al representante del PP, «¡ustedes se hubieran cargado la AVL!».

El diputado de Ciudadanos Domingo Rojo, que reconoció la labor de la AVL, secundó al PP al criticar la declaración de la AVL. «Priorizando una lengua cooficial se discrimina a la otra», subrayó. Dijo que su partido «comparte mejorar la oferta de enseñanza en valenciano». Pero que no se priorice ninguna. Ramon Ferrer trazó el paralelismo con la desigualdad de las mujeres: «La discriminación positiva no es atacar nada».