Transmitir los conocimientos, pero también las habilidades sociales. Enseñar las materias, pero sin descuidar las estrategias para relacionarse con los demás. Ser, en definitiva, docente y educador. Y es que la clave para combatir la violencia en las aulas está en el profesorado. Así lo aseguró ayer la profesora especialista en Inteligencia Emocional, Carmen Martorell, tras exponer las conclusiones del debate sobre acosos escolar que acogió el Ateneo Mercantil el pasado miércoles.

Para la experta, es «lamentable» que «no se le saque partido al buen profesorado que tenemos en la Comunitat Valenciana». De entrada, «hace falta formación en inteligencia emocional para frenar el acoso». Para Martorell este punto es básico, y una deficiencia del sistema. «Hay profesores de educación secundaria que son auténticos expertos en la materia que enseñan, pero desconocen estrategias para educar en convivencia. No han dado ni una clase de didáctica. Un profesor debe ser el espejo en el que se miren los alumnos. Aprenden por observación. Tengan la edad que tengan.

Pero eso no ocurre así en muchos casos. A los niños es necesario enseñarles una serie de hábitos, de conductas aprendidas. Pero para que el profesor pueda transmitirlo debe tener desarrolladas esas habilidades», explicó la experta. Sin embargo, este aprendizaje depende del interés que tenga el maestro en recibirlo (a través de másters o de charlas o cursos extraescolares) y, para la experta debería ser algo impuesto por la Administración.

«Esto excede de mi competencia. La Administración dispone de mucho material que puede utilizar „como la Guía para el profesora sobre inteligencia emocional, entre otros„ pero debe apostar por esta línea de enseñanza y hacerle ver a los maestros que tener una conducta adecuada, establecer unas normas, controlar los hábitos de convivencia de los alumnos y estar atentos al cien por cien de la forma que tienen de relacionarse los menores no es una carga de trabajo para ellos. Es una obligación y deben saber cómo actuar», apuntó.

Para la experta, la educación en valores no puede depender solo de la familia „que también„ porque los menores «pasan mucho tiempo en el centro escolar». Por ello, instó a los profesores a «no eludir su responsabilidad» ni a escudarse en «problemas de ratios, contenidos televisivos o conductas familiares» porque su papel para evitar el acoso escolar es «básico». «Muchas veces no se aplican estrategias de conducta por desconocimiento. En muchos casos no saben ni que existen. Si hoy en día hay más casos de acoso escolar puede ser un reflejo de la sociedad», concluyó al experta.