Sexenios de investigación, quinquenios de docencia, participación en proyectos de investigación nacionales e internacionales, estancia en el extranjero, publicaciones, gestión... Más de 200 profesores titulares de la Universitat de València han hecho los deberes que les exige la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) para optar a una cátedra durante los cuatro años en los que el Gobierno ha tenido «congelada» la promoción del profesorado en toda la universidad pública.
El Ministerio de Hacienda, a través del Real Decreto-ley 20/2011, de 30 de diciembre, de medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y financiera para la corrección del déficit público, recortó durante tres años —de 2012 a 2014— la oferta de empleo de Personal Docente e Investigador (PDI) universitario al 10 % del profesorado que se jubilaba. No fue hasta 2015 cuando elevó la tasa al 50 %, mientras este 2016 permite el 100 %.
El freno a la carrera docente impuesto por el ministro Montoro ha ocasionado dos enormes tapones. Por arriba, el ya citado de los 200 que ven cada vez más lejos el Tourmalet de la cátedra. La Coordinadora de Titulares de Universidad Acreditados a Catedrático de la UV teme que si el equipo del rector Estaban Morcillo «no cambia su política de personal, uno de cada tres de estos profesores se jubilará sin promocionar». Además, añade que gran parte de ellos hace ya cuatro años que consiguió la acreditación. Por ello, la plataforma reclama que la Oferta Pública de Empleo (OPE) que está negociando la Universitat con los sindicatos incluya 50 plazas de catedrático.
Tapón por arriba y por abajo
El embotellamiento de la meta de este maratón docente es similar al que se produce en la línea de salida, en los profesores ayudante doctor. Se trata de personal laboral interino cuyo contrato no se puede prolongar más de un lustro. La vicerrectora de Ordenación Académica y Profesorado, Maria Vicenta Mestre, detalla que la primera universidad valenciana cuenta con 250 docentes en esta situación, de los cuales «un centenar está acreditado para optar a ser contratado doctor o incluso titular».
En la segunda etapa, la de contratado doctor, el profesorado continua siendo personal laboral pero con carácter indefinido. Esta figura suma 327 docentes de la Universitat, entre los que otro centenar también dispone de la acreditación de la Aneca para opositar a titular de universidad. En cada uno de los tres pasos que hay desde el ayudante doctor hasta catedrático los aspirantes deben superar un concurso público.
Para este 2016 la OPE docente de la Universitat incluye el 100 % de las 60 jubilaciones que tuvo la institución en 2015. Un total que se reduce de inicio en 9 plazas debido a la reserva del 15 % para consolidar con un contrato laboral indefinido a los investigadores del plan Ramón y Cajal del Gobierno para repatriar a «cerebros» en el extranjero.
Promoción interna
Hacienda permite a las universidades que por cada plaza de profesor titular que saquen a oposición convoquen otra a catedrático por promoción interna. Es decir, que si la UV concentrara sus 51 vacantes en el acceso a titulares de universidad automáticamente ganaría 51 puestos de promoción a cátedra.
El problema radica en que la jubilación de un contratado doctor , al ser laboral, «no cuenta a la hora de generar una vacante de funcionario,pero si computa como plaza a oposición», subraya Mestre. «Entiendo las legitimas aspiraciones de los acreditados a catedrático, igual que las de los aspirantes a titular, todos tienen derecho a que se reconozca su esfuerzo», asegura «Sin embargo —prosigue —, hay que dar a conocer que si no se estabiliza como contratados doctor a los ayudantes, este profesorado se va a la calle».
La vicerrectora recalca que el objetivo de la Universitat de València es «optimizar al máximo la tasa de reposición dando respuesta a todos; así intentaremos abordar la estabilización más necesaria e inminente del colectivo más precario pero también recuperar plazas de funcionario».
