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Gastos opacos

Días de vino y rosas a costa del sector público

El exvicepresidente del Consell cargó durante años copiosas comidas a la Sociedad Proyectos Temáticos y la Ciudad de las Artes y las Ciencias de las que era presidente

Días de vino y rosas a costa del sector público

El conseller de Hacienda, Vicente Soler, anunció a principios de semana su intención de desarrollar un sistema informático que le permita acceder en tiempo real a las facturas de las empresas públicas, un sector que en los últimos años ha engullido miles de euros, muchos de ellos con destino incierto o para cubrir gastos suntuosos. El sector público ha sido la pata de la administración más opaca, tanto que en un pasado no muy lejano ha servido, entre otras cosas, como tarjeta de crédito para pagar facturas de consellers. Eran los tiempos de vino y rosas que no se tragó la crisis, aunque han permanecido ocultos. Y de ahí el interés del co nseller de prevenir abusos en el futuro.

Y es que navegar en las facturas que pagaban empresas públicas como la Sociedad Proyectos Temáticos (SPTA) y la Ciudad de las Artes y las Ciencias (CACSA) en concepto de comidas resulta sonrojante, sobre todo en años en los que el monstruo de la crisis asomaba ya la cabeza y cuando el Consell de Francisco Camps hablaba ya de políticas de austeridad. Media decena de facturas firmadas por el entonces vicepresidente del Consell, Gerardo Camps, son una muestra del doble discurso de los populares. Según la documentación, Gerardo Camps utilizó estas empresas para pagar comidas en restaurantes selectos. Cabe recordar que Camps era presidente de ambas firmas públicas. La factura con más cifras se generó un viernes de junio de 2008 en un reconocido restaurante premiado con una estrella Michelín. Los comensales gastaron un total de 1.126 euros (IVA incluido) en doce menús degustación, a razón de 93 euros por comensal. Gerardo Camps aparece identificado como cliente y es quien firma la factura del restaurante donde Proyectos Temáticos tenía cuenta. El asiento en la contabilidad, según ha podido saber este diario, tuvo lugar casi seis meses después. Casi in extremis tuvo entrada en la entidad el último día del año.

La segunda factura a cargo de la Sociedad Proyectos Temáticos, la empresa pública que respaldó los grandes proyectos de la era Zaplana y Camps, alcanzó los 475 euros con IVA. Una comida para once personas en la que no se privaron de nada. Así, el menú incluye todo tipo de delicatessen, como rollitos de lubina, sashimi de entrecot y tempura de verduras. Todo ello regado por cuatro botellas de vino Finca Terrazo (a 40 euros la botella) y agua selecta Tynant, a razón de cinco euros la unidad. La comida tuvo lugar el 27 de enero de 2009 y el ticket lleva la firma de Gerardo Camps. Al igual que en la anterior factura no se especifica quienes son los comensales, aunque podrían ser los consejeros de la entidad.

Ese mismo 2009 el entonces conseller de Hacienda preparaba un plan de austeridad en las empresas públicas y anunciaba la fusión de varias de ellas para reducir gastos y ajustarse al plan de reequilibrio.

Y cuando la crisis ya mostraba su cara más amarga, un 28 de diciembre, Camps comía con seis personas más y ocasionaba a SPTA un gasto de 365 euros.

También Cacsa corrió con las generosas comidas de Camps e invitados. En febrero de 2008 asumía en el restaurante del Oceanogràfic (solo apto para determinados bolsillos) una comida de 800 euros para doce personas, con jamón ibérico, caviar, bogavante con copas de alcohol incluido. No era primera vez que Gerardo Camps comía rodeado de tiburones. Hay constancia de otras facturas, como la generada un 9 de agosto de 2007, por valor de 82 euros por un almuerzo de dos personas.

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